En los países del primer mundo desde hace meses se hablaba de las variantes del virus. De los riesgos que implican, sobre todo porque son mutaciones mucho más agresivas que se propagan de manera más rápida entre la población.

 

En Alemania la Canciller Angela Merkel calificó a las variantes como una segunda pandemia. En Israel las escuelas volvieron a cerrar y nuevamente se hizo obligatorio el uso del cubrebocas. En la India vimos los efectos de una variable que causó una devastación sin parangón.

 

En la Puebla que gobierna Barbosa Huerta la semana pasada el Secretario de Salud, José Antonio Martínez García hizo una detallada descripción de las variantes que ya están en la entidad.

 

Fue un ejercicio inédito en todo el país. Ninguna otra autoridad estatal ha ofrecido información precisa de las variables que son un riesgo latente para la población. Fue una alarma, una alerta para la sociedad.

 

Ni López Gatell y su equipo han presentado la información de la forma en que lo ha hecho Martínez García.

 

Por su parte, el gobernador Barbosa exhortó, llamó a las autoridades municipales a actuar para detener las aglomeraciones.

 

Pero la sociedad poblana no entiende. Las plazas públicas siguen atiborradas; así como restaurantes y bares. Los reportes en las dos Cholulas y en Tehuacán refieren antros a reventar la noche del sábado 17 de julio.

 

Así, a reventar.

 

Ante este escenario de irresponsabilidad e inconsciencia social sólo nos queda esperar un drástico, un dramático repunte.

 

En todo el país ya se reporta un incremento en los casos. El gobierno de la Ciudad de México incluso ya prepara la reactivación del programa “Oxígeno en casa”, que consiste en el préstamo de tanques para evitar la saturación en hospitales.

 

Es la tercera ola, pero de la ignorancia social que no quiere escuchar.

 

Por favor, usted que es un lector consciente, guarde todas las medidas necesarias.

 

En Cúpula no nos equivocamos.

 

Al tiempo.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en  cupula99@yahoo.com