Las elecciones del pasado 6 de junio fueron momento propicio para que los momios se acomodaran en su favor; sus detractores, los que durante dos años trataron de boicotear su gestión, terminaron aplastados bajo vergonzosas derrotas.

 

Algunas voces buscan presentar a Barbosa Huerta como un político de confrontaciones.

 

Nada más alejado de la realidad.

 

El gobernador es el primero en tender su mano franca y sincera.

 

Así sucedió con Claudia Rivera Vivanco, a quien perdonó todas las deslealtades e ingratitudes. Por eso la invitó a Casa Aguayo a diseñar un plan mixto de Seguridad Pública; la idea era muy sencilla: vamos a trabajar juntos para abatir los índices delictivos en Puebla capital. La alcaldesa dijo que sí, pero saliendo arrancó una campaña de infundios y denuestos contra el Ejecutivo estatal.

 

Ella sí es un personaje de confrontaciones innecesarias. Pero fue su ‘asesor’ quien la llevó por esa ruta de una beligerancia tan visceral como inútil.

 

Hoy el contexto es otro muy diferente. Barbosa ya sentenció: “Cada personaje (del Ayuntamiento) tiene su destino”.

 

Esto significa que algunos de los más cercanos a Claudia Rivera Vivanco terminarán en el penal de San Miguel y otros tendrán que exiliarse a Brasil o hasta donde puedan correr.

 

Otro caso fue el de Alfonso Esparza Ortiz, a quien el Ejecutivo invitó a una reunión sin corbata; a una de las audiencias ciudadanas que se realizaban los días martes. Barbosa le tendió la mano y le dijo: venga, aquí platicamos a la vista de todos, sin nada que esconder.

 

Es el mismo asunto de José Juan Espinosa a quien Barbosa siempre trató en forma respetuosa. Pero aquel pensó que podía actuar como siempre lo hizo y ahora está en un forzoso exilio que se puede prolongar por mucho tiempo.

 

Quienes conocen a Barbosa Huerta saben que su verdadero carácter es afable y amistoso; tiene un fresco sentido del humor; le gusta reír y soltar sonoras carcajadas.

 

Pero que nadie se confíe; el mismo personaje afable no perdona la traición ni la deslealtad.

 

Barbosa ni olvida ni perdona.

 

Quienes sembraron vientos ahora cosecharán tempestades. En el futuro veremos las consecuencias de lo que hicieron durante los primeros dos años del barbosismo.   

 

Dulcería poblana

 

En la BUAP un tiro de dos: Cedillo vs Vélez

 

El tema de la sucesión rectoral en la BUAP rápidamente se convierte en un asunto muy encendido. De entrada, todo indica que la puja sólo será de dos: María Lilia Cedillo Ramírez, titular del Centro de Detección Biomolecular, y en la otra esquina Francisco Vélez Pliego. No se hagan bolas, este es un round de dos protagonistas. Pero claramente todas las voces coinciden que es inaceptable el llamado voto electrónico, mismo que daría una oscura sombra de ilegitimidad al proceso.   

 

Consulta popular ni remotamente alcanza meta

 

Para el cierre de esta entrega queda claro que la llamada consulta popular resultó un desastre. Ni remotamente se alcanzó la cifra de 37 millones de votantes necesarios para considerarlo un ejercicio válido. La cifra rondará sobre los 800 mil participantes; ni siquiera llegará a un millón. Como suele suceder con las acciones del Gobierno federal, ahora volcará las culpas y denuestos contra el Instituto Nacional Electoral y amenazará con desaparecer la dependencia.

 

Candidatos de Morena los primeros indiferentes a la consulta

 

En Puebla se debe destacar que todos esos candidatos emanados de Morena que resultaron favorecidos en las urnas el 6 de junio fueron los grandes indiferentes a la consulta popular. En sus municipios no movieron un dedo, no lanzaron una versión impresa o un carro de perifoneo para promover la consulta. Las premisas y las cruzadas del presidente López Obrador les importan un carajo. Ellos se montaron en Morena y ganaron, lo demás no les interesa.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com