Muchos negocios que sobreviven o crecen de forma exponencial, que lo hacen basados en el abuso de los recursos naturales, del factor humano, de explotar el entorno y además, genera ambientes poco sanos, no deberían existir.
Analicemos algo: así como para los estudiantes, la escuela se convierte en su segundo hogar, para quienes trabajan, sean los dueños o colaboradores, la empresa o su lugar de trabajo se convierte en otra casa, donde se crea un entorno que puede catapultar o destruir su visión del mundo o su forma de actuar y relacionarse con la sociedad.
Por ello, debemos considerar que nuestros negocios y empresas sean fuente de abundancia para todos, que genere recursos pero que también permita a los clientes internos, colaboradores, socios, proveedores, clientes y sociedad en general, mejorar algo de su vida gracias a ellos.
Procura tener buenas prácticas para vender, piensa que lo que la gente paga por tu producto o servicio debe ser justo y que el dinero que pagan por ello es el resultado de mucho esfuerzo y de horas de trabajo, por ello, trata siempre de dar valor a tu cliente para que no sólo resuelva su necesidad, sino que se lleve un extra, aunque no sea precisamente algo material.
Elije adecuadamente a tus proveedores, ellos pueden ser un eslabón importante en tu cadena productiva, tal vez puedes mejorar la vida de muchas familias si priorizas el fortalecimiento colectivo a sólo tu reducción de costos, sé consciente de cómo llega cada materia prima y trata de que no afecte el entorno.
Si tienes socios piensa que, al igual que tú, ellos tienen su patrimonio en el negocio y esperan obtener buenos resultados por él, en algunos casos su participación puede o no ser en la toma de decisiones o participación en las tareas de la empresa pero, si sólo son inversionistas, ten en cuenta que su recurso es resultado de muchas circunstancias y por ello debes cuidarlo como tuyo, o bien, aclara cada cláusula para que todos tengan clara la forma de trabajo.
Imagina por un momento cómo te gustaría que fuera el ambiente de trabajo en tu empresa, ¿cómo te gustaría que se sintiera cada miembro de ella? ¿tienes las condiciones para que cada integrante de tu equipo sienta entusiasmo de llegar a laborar? Piensa en que esa gente se convierte en una familia; y que todo lo que vivan en tu negocio repercutirá en cada uno de sus hogares, desde la parte económica, el ambiente laboral, la práctica de valores, visión, misión, desarrollo humano, profesional, espiritual, emocional, de salud en general y más.
¿Cómo impacta tu empresa al medio en donde se desarrolla? La empresa no es un ente aislado de la sociedad, hay modelos de negocio que le cambian el rostro a la comunidad que se encuentra cerca para bien porque incentiva el desarrollo y la mayor preparación o para mal; con aquellas que afectan el medio ambiente, que generan problemas, dañan el orden y la paz de quienes viven cerca o simplemente dan mal aspecto a la zona.
Analiza el impacto y si por alguna circunstancia, tus residuos, el ruido, el consumo de recursos cercanos o cualquier otro factor se sale de tu control y es inevitable, aplica acciones que puedan compensar esos detalles para hacer un equilibrio y generar bienestar en la zona.
Hasta que no comprendamos que el hacer negocios debe ser el origen de la prosperidad y no de la extinción, no encontraremos el equilibrio en el desarrollo de nuestro medio, por ello debemos ser conscientes y saber que estamos de paso, pero que si no nos esforzamos por ser un medio para mejorar el entorno, nos convertiremos en depredadores y destructores de un mundo que se nos ha prestado.
Es así como podemos ser unos auténticos… UNIVERPRESARIOS.
