Empecinado en mejorar la movilidad del primer cuadro de Puebla supuestamente con parquímetros y semáforos, el alcalde capitalino, Eduardo Rivera Pérez, ha dejado en el olvido al peatón y a los ciclistas, que son el centro en cualquier política de movilidad del mundo.

De hecho, los vehículos son el último elemento a considerar en las políticas globales de movilidad, las cuales inician con el peatón, seguido de bicicletas, transporte público, motocicletas, vehículos ecológicos y finalmente el automóvil.

En el caso de la Angelópolis, los peatones y ciclistas no están en el centro, están en el olvido. Es más, el panista ha dicho que durante todo el primer semestre del presente año, su gobierno no considera ningún tipo de ciclopista o elemento urbano que tenga como objeto el beneficio de los ciclistas.

Durante las dos conferencias que encabezó este lunes el gerente municipal, Adán Domínguez, para informar sobre el ‘ordenamiento integral de la vía pública en el Centro Histórico’, nunca se mencionó a las bicicletas. Bueno, sólo cuando dijo que tendrían un espacio al final de cada calle para estacionarse y ni si quiera dijo si se les cobraría.

Tal parece que así es la política de movilidad del presente gobierno: los medios alternativos de movilidad hasta el final.

Al defender la instalación de parquímetros, Rivera Pérez tomó como ejemplos de éxito de su aplicación ciudades como Montreal, Nueva York y París, pero omitió decir que precisamente en estas ciudades las bicicletas son el principal medio de transporte y el que más se incentiva.

Ni si quiera el alcalde se ha manifestado respecto a la ciclopista que vecinos le pidieron que reubicara en la avenida Circunvalación y que el gobierno de Claudia Rivera Vivanco mandó poner del lado de los accesos a las casas y que después él fue a visitar durante su campaña. Van cinco meses y la infraestructura ciclista ni se ha colocado ni se ha reubicado.

Está claro que lo que más le interesa al presidente municipal es hacer anuncios estruendosos que parezcan un ‘golpe de timón severo’, pero en realidad son políticas que tienen el objeto de recaudar dinero para las arcas municipales y quizá encaminarlo para su proyecto a la candidatura para el Gobierno del Estado.

Es por eso que los ciclistas que no consumen, que no gastan, que ahorran, que no hay manera de cobrar estacionamiento, multa, infracción, castigo o que puedan aportar algún tipo de ingreso económico para el municipio, no están considerados.