La basura en el estado de Puebla se ha convertido en una bomba de tiempo, los 217 municipios registran problemas por la operación de tiraderos clandestinos o saturación en los rellenos sanitarios intermunicipales.

 

Pero esto poco le importa a la ciudadanía en general. Lo que la gente quiere es que cuando saque la basura, el camión pase a recogerla de manera puntual. A nadie le gusta una calle repleta de desechos.

 

Para esto los Ayuntamientos tienen dos formas de cumplir: hacerlo ellos mismos, o concesionarlo a una empresa privada.

 

El ejemplo más claro es en San Pedro Cholula, desde 2016 se concesionó a la empresa Olimpia SA de CV el servicio de barrido, recolección y transportación de residuos sólidos.

 

El convenio marchó en orden hasta que la anterior administración de Luis Alberto Arriaga dejó de pagar y heredó la deuda a la actual presidenta Paola Angón, quien se rehusó a pagar lo que no le corresponde e hizo bien.

 

Como medida de presión, Olimpia dejó de prestar el servicio durante unos días de enero y febrero, tiempo en el que el Ayuntamiento se hizo cargo de la recolección, pero no tuvo éxito en la logística.

 

Olimpia regresó el 21 de febrero ante la orden de un juez y con la expectativa de que les pagaran los 40 millones de pesos que se han acumulado. Pero no ha ocurrido.

 

Es más, está lejos de llegarse a un acuerdo. Es por esto que se percibe una eventual crisis de basura en los meses venideros.

 

Y la estrategia que se tiene en San Pedro es que el propio municipio se haga cargo de los desechos. Es decir, contratar personal, rentar o comprar camiones, pagar combustible y dar el servicio.

 

Es así que dentro de los planes no está resolver la situación con la particular Olimpia. Quizá confían en extender el juicio hasta que termine la administración o rescindir el contrato.

 

Sin embargo, con la estrategia se incurre en el ‘lucro cesante’ al no cumplir el contrato que se avaló en el Congreso del Estado en marzo de 2016.

 

Como se perciba, la situación se vislumbra complicada.

 

Y no es el único caso problemático de desechos en Puebla. Por ejemplo, el relleno sanitario de Puebla, de Chiltepeque, está cada vez más cerca de la mancha urbana y no hay forma de controlarlo al recibir casi 400 toneladas diarias.

 

O el relleno sanitario de Tehuacán, en donde se registró un incendio que duró cinco días. Además de que, al estar saturado, todos los días tienen que ir a tirar los desechos a Ciudad Serdán.