Arturo Rueda es uno de los periodistas más incómodos en el círculo del poder. Tiene el don de sacar de sus casillas a los que se sienten ‘Dios en el Poder’ cuando no lo son.

El director de Diario CAMBIO no tiene empacho de decir las cosas como son, de cuestionar a quien tenga sus pecados en el camino. No necesita de aplausos. Lo único que tiene son las letras y las palabras.

¿Qué pasó? ¿Por qué cumplir la orden de aprehensión por el presunto delito de extorsión el día que estaba destinado a casarse por el civil?

Arturo Rueda decidió casarse el 21 de mayo, una fecha que todo el círculo de poder se enteró. La urgencia para sacarlo de radar fue brutal, una semana antes de su enlace matrimonial.

La prisa era tal y despiadada que empezaron los ataques mediáticos de quienes alguna vez Arturo Rueda les ayudó y les dio una sincera amistad, y ahora creen que son los maestros del periodismo y de las buenas prácticas profesionales.

El 21 de mayo el periodista decidió seguir con sus planes de boda, pero ahora en silencio. Solo, con su pareja.

Pero les comían las ansias de aprehenderlo, que forzosamente tuvo que ser el 21 de mayo. Ni antes ni después.

¿Qué pasó? ¿Cuál era la urgencia? ¿Qué necesitaban? ¿Por qué lo querían callar? ¿Por qué querer silenciar una pluma y una voz polémica en el periodismo poblano?

Arturo Rueda fue detenido en la zona de Polanco de la Ciudad de México cuando se disponían a realizar las compras para su enlace por lo civil.

Hoy el director de Diario CAMBIO está preso. Y su mejor arma: las palabras y la voz, están calladas.

Pero… ¡Mientras aquí la lucha sigue y seguirá!