En un taller de maquila en la Junta Auxiliar La Libertad se vive todos los días excesivas injusticias sociales en pleno Siglo XXI. La lucha por la igualdad de las mujeres, el derecho al trabajo, estar en condiciones dignas, legales y sobre todo una remuneración justa, se derrumba en cada turno.
Decenas de mujeres prosiguen por necesidad, no hay más explicación. La esperanza de que sus sueldos de 250 pesos por turno se acumulen las mantiene ahí, a veces hasta doblando turnos en el galerón de la calle 5 Norte, número 401 en La Libertad.
Ganan 78 pesos más que el salario mínimo. No tienen contrato, no saben a quién reclamar, carecen de equipo de protección personal, simplemente un vigilante les abre el zaguán y entran a producir uniformes de plástico.
Se enteraron del empleo hace 15 días por un anuncio en Facebook: “Solicito chicas que quieran trabajar en turnos de 8 hr. Para maquilar impermeables en colonia Libertad”.
Las interesadas escribieron directo y les dieron la dirección para llegar y empezaron a trabajar el 27 de junio. No les preguntaron ni su edad, por ello en el turno de la noche trabaja una menor de edad.
Lo más grave es que 30 mujeres, divididas en tres turnos, elaboran impermeables para personal de la Policía Estatal.
No se sabe con exactitud si son para la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Puebla, ellas aseguran que sí. Pero en transparencia no existe rastro de algún contrato o licitación para impermeables, aunque tampoco es concluyente.
El lugar al parecer es una imprenta, pero en realidad funciona como una fábrica clandestina. No cumple ningún tipo de medida para prevenir accidentes, no les dan casco, botas y no hay siquiera extintores. Es más, la máquina principal para estampar da descargas eléctricas cuando se pasa por un costado.
Precisamente por la falta de protección personal en el taller de maquila fue que saltó la queja de las trabajadoras. Ellas intentaron buscar a Protección Civil Municipal para que fuera a inspeccionar el lugar de trabajo, pero su denuncia nunca prosperó. Después quisieron buscar a la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet) y tampoco fueron escuchadas.
Lo más lamentable son los sueldos. Durante la primera semana les pagaron bien, completo y en efectivo sus 250 pesos al terminar el turno. Les ofrecían quedarse dos o hasta turnos para seguir produciendo y algunas aceptaron, aumentaría su paga.
Los problemas vinieron a la mitad de la segunda semana cuando dejaron de pagarles y el vigilante les decía que no había ido “el señor Rafael”, quien les pagaría cuando estuviera.
Las mujeres empezaron a entrar en desconfianza por la falta de dinero. Platicando entre ellas se dieron cuenta que nadie se sabe el nombre completo del señor y al preguntar su nombre en la entrada con el guardia se molestó e hizo que las personas se retiraran por querer saberlo.
Desde el pasado jueves no les pagan, les dijeron que el viernes y tampoco fue así. Algunas ya desistieron y sólo acuden para cobrar lo que les deben pero les cierran la puerta.
Otras más se presentaron ayer lunes, les dijeron que había más trabajo, un millar más de impermeables y a sacar la producción de 250 por cada turno en las máquinas que dan toques.
