Miguel Ángel García Onofre vive su etapa final como consejero presidente del IEE, octubre será el último mes que cobre 109 mil pesos mensuales del sueldo que le fue asignado, según la Plataforma Nacional de Transparencia, y se presume que trae algo entre manos para seguir viviendo del erario público.

Así lo deja entrever la extraña y sospechosa amistad que afianzó en la antesala de su salida con el secretario ejecutivo del Instituto, César Huerta, quien es un perfil con una reputación cuestionable, y es bien sabido en los pasillos del instituto.

La estrecha cercanía que viven ahora Onofre y Huerta es casi de complicidad, no se entiende el por qué de algunas decisiones del aún presidente que no concuerdan con la línea de trabajo que había tenido.

Los últimos comportamientos del presidente han sido de considerar para todo al secretario ejecutivo, a quien cinco consejeros lo acusaron en marzo pasado de contratar personal poco calificado.

García Onofre ha llegado al punto de recular en algunos temas para darle la razón a Huerta, lo que causa sorpresa al interior del Instituto debido a que nunca antes había sido de esa manera. Ahora lo defiende hasta en lo absurdo.

Parece ser que todo cambió a partir de la definición de Blanca Yassahara Cruz García como la nueva presidenta del Instituto Electoral del Estado de Puebla. Pese a que la próxima sucesora es cercana a García Onofre, pues ambos personajes trabajaron juntos dentro de la junta local del INE en el proceso electoral del 2012.

Desafortunadamente Onofre no se retira como le gustaría, en sus últimos días se le ve irritable, hasta triste, quizá algo le saben y se siente atado.