El tiempo transcurrió y lo demás no hace falta mencionarlo… pareciera que pasamos por todos los estados de ánimo durante este proceso y seguimos en el sube y baja en materia de salud, emocional, social, económica y hasta de reestructura de hábitos y de prioridades, porque quienes seguimos aquí tendremos la responsabilidad de hacerlo diferente.

En honor a quienes partieron, vale la pena ser más conscientes y hacer las cosas mucho mejor, por ello es necesario comprender que para tener un nuevo comienzo, todos somos necesarios, que nuestra participación abonará de forma directa en los cimientos que queremos para las nuevas generaciones.

Cada sector toma una posición fundamental, más aun los que representan al primario porque hoy más que nunca valoramos la importancia de la producción de los alimentos, de la sustentabilidad y por ello caemos en la conclusión de que así como en una orquesta, todos los instrumentos abonan a la melodía, sin el detalle de un pandero, un güiro o un triángulo, las notas de un violín, un bajo, un clarín, un saxofón, una percusión o una guitarra no sonarían igual.

Con este ejemplo quiero dejar claro que, en este momento, la participación de todas y todos es elemental para desarrollar una sociedad fuerte, no sólo en materia económica, sino de valores, de seguridad, de empatía, de conciencia ecológica, sanitaria y de apoyo para hacer comunidad.

Hemos leído que a lo largo de la historia han existido pandemias que han azotado al mundo, sucesos catastróficos como los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki o la caída del muro de Berlín, que han sido catalizadores para un desarrollo exponencial para esos lugares que hoy son potencias mundiales y que tuvieron que comenzar de mucho menos.

Es momento de hacerlo todos juntos, así como cuando emprendemos un proyecto económico, éste es el proyecto de emprendimiento social más importante en varias décadas y todos los que hoy tenemos la fortuna de seguir aquí, seremos los protagonistas.

Así que con esa enorme visión de desarrollo, hagamos lo que nos corresponde, desde los negocios, a través del consumo local, del desarrollo de nuevas estrategias comerciales, de la conciliación con quienes nunca imaginamos que podríamos sumar y pensemos esto, si no generamos las condiciones para que a todos nos vaya bien, entonces llegaremos al momento en el que exista una brecha de diferencias que a todos nos haga retroceder.

Tomemos las experiencias vividas y sobre eso escribamos una historia, donde todos salgamos adelante; que el dueño de una enorme fábrica venda y que el señor de la tiendita de la esquina también, que la gente que produce el campo pueda crecer y que quienes aman hacer deporte o tienen talento para las bellas artes encuentren una forma sostenible de generar riqueza.

Y sobre todo, nunca olvidemos que sólo somos administradores de algo que no es nuestro, un planeta donde se nos ha permitido vivir, pero que al final, dejaremos porque estamos de paso; por ello creo que bien vale la pena dejar una huella que trascienda.

Recordando que todos podemos ser… UNIVERPRESARIOS.