El gran electorado está convencido de que en esta campaña atípica las cosas han ido a más, con más escándalos, más lodo, más prepotencia entre algunos candidatos, más violencia al grado de contabilizar el asesinato de 32 candidatos y más cinismo como el caso de la imposición y reemplazo de candidatos como el más sonado, el de Félix Salgado Macedonio supuestamente sustituido por su hija Evelyn, a la que no deja sola, siempre la acompaña, y no tiene reparo en recriminar y hasta hacer de lado en actos públicos de proselitismo.

Esto abiertamente significa un retroceso en el ejercicio democrático y a la vez confirma que estamos peor que cuando la sociedad comenzó a quejarse hace un cuarto de siglo.

Pero al menos la sociedad logra dar un gran paso: tiene claro que tiene que salir a votar temprano, sobre lo cual no se cansa de recomendar a todos sus conocidos para que acudan a las urnas convencidos de que las medidas sanitarias son estrictas y cuidadosamente instrumentadas para blindar de posible contagio las casillas y asegurar el respeto de cada uno de los sufragios emitidos.

La mesa está puesta para asistir al banquete de la democracia, cada uno valorará la trascendencia de sumar su sufragio.

En medio de este contexto cada uno en lo individual gozará de toda la libertad para definir el proyecto de nación del que quiere gozar.

A través de las redes sociales se pretende confundir para ahuyentar al electorado de las urnas. Se trata de una trillada estrategia que hoy en día no alcanza a dar resultado, porque la sociedad tiene la mejor oportunidad de reunir información fidedigna, y ha desarrollado el colmillo necesario para detectar las fake news con las que se pretende confundir y ahuyentar al electorado de las casillas.

En vía de mientras con todo el tiempo hay que acomodarse en butaca de primera fila para seguir observando el espectáculo que tratan de dar quienes pese a su mitomanía saben que la tienen perdida.

De nada servirán sondeos cuchareados, y capítulos de agravio y victimización, porque a 12 días de distancia, ya se percibe cómo piensan y deciden la totalidad, con todo y la secrecía con la que deben cuidar su sufragio los votantes.