El presidente del poderoso vecino país que marcó a México el paso que se le dio la gana.

 

Ahora surge la gran incógnita ¿cómo resultarán las cosas con el nuevo vecino, el señor Joe Biden.

 

Se dice que en las últimas horas de su mandato, los que dejan el poder enloquecen.

 

Aunque a fuerza de ser sinceros, el que hoy llega a su fin, a juicio de las mayorías, enloqueció desde el momento en el que juró sobre la Biblia, gobernar bien y para todos.

 

Pero ¿qué pasará por la cabeza del señor Trump antes de abandonar la casa Blanca?

 

¿Qué ideas se apoderan de sus pensamientos?

 

Había temor de que de despedida accionara el estratégico botón de seguridad a través del cual pudiera desencadenar un caos mundial.

 

Pero todo apunta a que no hay que temer, por la sencilla razón de que el presidente está bien resguardado por personal de seguridad que ya no recibe órdenes de él.

 

Lo que sí trascendió es que antes de abandonar el salón oval, en su última voluntad como presidente está contemplado que indulte a cien personas que purgan condenas en distintos reclusorios.

 

Se trata de gente sentenciada por ilícitos clasificados como “de cuello blanco”, raperos que hicieron de las suyas, y se destaca que en la lista no figuran quienes tomaron el capitolio el 6 de enero.

 

Faltaba más.

 

Dicen que el multimillonario empresario, como nunca, ha sentido el frío del invierno norteamericano.

 

Pero hoy por momentos le ha paralizado hasta la respiración.

 

Después de todo lo que desencadenó, pareciera que entendió que su gestión llegó a su fin, que la era de engolosamiento del poder tiene fecha de caducidad inalterable y que la vida “para él” tiene que continuar lejos de la Casa Blanca, y cortando toda posibilidad de aspirar a desencadenar tsunamis fuera de temporada.

 

Se le acaba el poder al amigo del presidente López Obrador, y a partir de mañana ese amigo, “ya no poder”.

 

Ahora, a cruzar los dedos los vecinos débiles.