Un grupo de científicos coordinado por Michael Osterholm, director del Centro de Investigaciones de Políticas de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota y además asesor del presidente Joe Biden, asegura que “todos” nos vamos a contagiar pese a ya haber recibido las dos dosis de la vacuna porque finalmente éstas van a ir perdiendo eficacia y las variantes del COVID seguirán multiplicándose de acuerdo con las condiciones de cada país.
Ante este pronóstico, qué nos queda, aceptar que “la raya es la raya” y nadie se escapa.
Mientras tanto, ha resultado difícil perder a tanta gente y saber que nada frena este fenómeno, a pesar de la disciplina de unos y la irresponsabilidad o ignorancia de otros.
¿Para dónde voltear?
El fenómeno está comprobado que ha dejado sin trabajo a millones de personas que son temidas por sus empleadores por el hecho de movilizarse en transporte colectivo, en donde pese a las disposiciones la gente sigue viajando sin cubrebocas y amontonándose.
El estrés que este contexto desencadena no lo remedia nadie por la falta de programas de salud emocional y psicológica que desde hace un buen tiempo ya deberían existir por el solo hecho de la multiplicación de la sociedad.
Y por si fuera poco la sociedad ya cruza los dedos ante la toma de decisiones de sus autoridades que día a día pareciera que se empeñan en fortalecer su rechazo y afianzar su antipatía.
Y es que los mandatarios de todos los niveles lamentablemente se han convertido en rehenes de sus equipos de trabajo, quienes están empeñados en hablarle bonito al oído a sus jefes, a los que llenan de buenos comentarios, reconocimientos y aplausos, aunque los gobernados estén haciéndoles recordatorios familiares y el encono comience a generar riesgos de inestabilidad.
Así no saldremos nunca del bache y por el contrario, cada vez estaremos más perdidos y sin expectativas.
La pregunta es obligada ¿Qué se avecina?
Y es que la sociedad hace un buen que dejó de ser el prototipo del idiota desinformado que se agacha: aspectos que los dueños de los mandatarios esconden y reprimen.
¿Por cuánto tiempo?