Todo Puebla se consternó ante la sorpresiva noticia del deceso de Javier López Díaz.
Por su partida unos lloraron, otros entraron en crisis, pero a todos impactó.
Sobre todo a aquellas personas que en el famoso ‘López Díaz’ tenían a su mejor aliado, uno que jamás los dejó solos abandonados a su suerte.
Cada día aguardaban a las 5:30 horas de la mañana para escucharlo, convencidos de que era parte importante de sus vidas, de su suerte, de su día a día, que se trataba del personaje que les resolvería en el apremio, la desesperación, el abandono, el hambre.
Al trascender la noticia de su muerte todos le dedicaron oraciones y minutos de silencio, además de palabras de despedida que fueron hasta la desaparición, ante la orfandad en que los deja.
A todas estas espontaneas manifestaciones es difícil añadir despedidas y lamentos, sobre todo cuando en todos los espacios periodísticos y en todas las redes ya se dijo todo.
Va mi humilde y sincero homenaje al amigo y compañero que siempre ‘tendió la mano’ a todos.
Al ser humano ejemplo de gratitud, sencilles y sinceridad.
Al esposo, padre, hijo, hermano, amigo ejemplar que nunca dejaba pendientes, todo lo trataba al momento.
El que siempre contestó el teléfono y al que nunca le faltó una palabra, una frase de cortesía.
Mi gratitud hasta donde esté.
Desde aquí un abrazo a ‘Lupita’, su compañera, a la famosa ‘Cacha’ y a Sarita, ‘la niña de sus ojos’, a sus hermanos, cuñados, suegra y a los señores Cañedo, comenzando por Coral Castillo de Cañedo, la presidenta de Cinco Radio, que siempre te defendió de cualquier ‘embestida’, convencida de tu verticalidad y congruencia.
Nos quedamos con el sabor de tantos y tantos recuerdos, su gusto por la comida, su ron Zacapa, su pasión por los viajes y la congruencia con la que vivió, de la que guardamos infinidad de anécdotas, su emoción por las fiestas decembrinas, su rechazo por ‘El burrito Sabanero’, su chispa y espontaneidad ante cualquier circunstancia.
Adiós Javier, nos volveremos a encontrar.
Hoy Puebla te extrañó y está de luto.
