Nada fácil, con muchas pérdidas materiales y humanas, llega el último mes del 2021.

 

No estamos todos, unos ya se nos adelantaron, dejándonos una honda huella. Pero al final de cuentas, otros llegaron y nos preguntamos ¿qué mundo les estamos dejando?

 

Al lanzar la pregunta nos hacemos de lado actuando a la defensiva, dejando la respuesta en los demás, porque tradicionalmente estamos convencidos de que los demás son los que tienen que actuar.

 

Un segundo año de pandemia nos deja casi en agonía en lo económico, nadie estaba preparado para hacer frente, ni las personas, ni los sistemas, ni las instituciones, ni los gobiernos, ni los científicos, nadie.

 

Pero aquí estamos y con agradecimiento, listos para enfrentar los retos de la más hermosa de todas las aventuras: la vida.

 

Despidamos como sobrevivientes elegidos y con mejor ánimo al difícil año que representa la puerta para una nueva experiencia cargada de retos que comenzaremos a enfrentar, para eso nos quedamos, hay que entenderlo.

 

Aceptemos las difíciles circunstancias y ya vendrá lo mejor.

 

EL SAT QUIERE REBANADA 

 

Cuando ejércitos de mujeres desempleadas tratan de resolver su subsistencia y la de su familia a través de la economía subterránea, vendiendo productos entre amigos, amigas, familiares, desde sus domicilios, en oficinas y donde se pueda; el SAT ávido de mejorar sus ingresos, las amenaza con la advertencia de que tienen que darse de alta para pagar impuestos como todas las personas productivas.

 

Y recuerda que de acuerdo con disposiciones fiscales aprobadas para el siguiente ejercicio fiscal que arranca con el año, a los 18 todos tienen que darse de alta ante el SAT para que a partir del momento en que comiencen a obtener ingresos, cumplan ante Hacienda.

 

Esta decisión en momentos críticos para la economía en nada apoya a quienes han resultado víctimas de la crisis, y en cambio consigue confrontar a quienes pasan apuros para enfrentar su día a día honestamente.

 

¿Qué necesidad?

 

O más bien ¿qué necedad?

 

A estas personas identificadas como “ninis” que se estima que son más de 5 millones 200 mil mujeres emprendedoras de negocios, que promueven su mercado a través de redes como Whatsapp, Facebook; les comienza a preocupar e irritar la amenaza de que si no se declaran ante el SAT, corren el riesgo de hacerse acreedoras a una multa que puede ir de entre los 3 mil 870 a los 11 mil 600 pesos.

 

La amenaza calienta los ánimos y lleva al rechazo de un presidente que eternamente se declara como el defensor de los más pobres y desamparados, a los que con estas decisiones sigue complicándoles las posibilidades de salir adelante en forma honesta, sin necesidad de depender de becas y de la caridad.

 

Tal pareciera que la consigna es ¡cada día más fregados todos!

 

DE TODO

 

La industria de los servicios comienza a reponerse con el movimiento de fin de año. Se dice que pese a que de la clase media hacia abajo “casi por decreto todos hemos empobrecido”, con un costo superior hasta en un 90 por ciento, tendremos cena.

 

Una cena tal vez empobrecida, pero con el ánimo del sobreviviente que por algo se queda.

 

¡A disfrutar las fiestas!  Pero con responsabilidad, siguiendo las medidas sanitarias para prevenir contagios que nos conviertan en estadística del Sector Salud, del Covid, de la delta de la Ómicron.