Viernes, 26 de Abril del 2024
Jueves, 06 Enero 2022 01:23

Los retos y la recuperación

Los retos y la recuperación Escrito Por :   Irma Sánchez

Hasta el pasado viernes el salario mínimo era de 141.70; hoy es de 172.87 pero no alcanza a satisfacer las necesidades de la canasta básica que día con día se encarece, obligando a las familias a ir reduciendo su compra a lo verdaderamente elemental.


 

La vida regresa a la normalidad, con el mismo ritmo, pero con mayores retos, con bajas entre familiares y amigos por el Covid y porque les tocaba.

 

Para los chinos éste es el año del tigre.

 

Para los numerólogos el 2 representa empatía, cooperación, adaptabilidad, equilibrio y unión.

 

Pero en términos prácticos para usted y para mí, el 2022 representó encarecimiento a partir del ajuste que las autoridades decidieron para el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios -IEPS- que al incrementarse al precio de las gasolinas, provocó el despegue de una ola de ajuste a los precios de todos los productos que para llegar al consumidor son movilizados en transporte que es propulsado por gasolina cada vez más cara.

 

Ante esto, de nada sirve un aumento salarial del 22 por ciento, (porcentaje sin precedente) que representa 31 pesos con 17 centavos más cada día, frente a una inflación desatada en la que diariamente se van ajustando los precios que en suma rebasan el incremento del 22 por ciento.

 

Hasta el pasado viernes el salario mínimo era de 141.70; hoy es de 172.87 pero no alcanza a satisfacer las necesidades de la canasta básica que día con día se encarece, obligando a las familias a ir reduciendo su compra a lo verdaderamente elemental.

 

Con el aumento del 22 por ciento a los salarios, y colateralmente el incremento del 7.36 por ciento a refrescos, cigarros y sobre todo a la gasolina, la ola de encarecimiento cobra velocidad y se prevé que recrudezca el empobrecimiento en muchos sectores.

 

Los especialistas ya lo habían anticipado advirtiendo que el arranque del 2022 iba a representar una prolongación de meses de encarecimiento en el costo de la vida, una preocupante inflación, dando paso a una cuesta que se prolongará por más de medio año.

 

Así las cosas y con la amenaza latente de Delta, de Ómicron y ahora de Flurona que ya surgió en Israel, es conveniente ponerle ganas y no voltear para atrás porque perdemos tiempo.

 

Desde luego que entre los datos de nuestra realidad y los que le entregan al presidente AMLO para que salga a su famosa ‘mañanera’ hay mucha diferencia. Es una radiografía entre lo real y lo deseable.

 

Él sostiene que este país ha dominado los malos tiempos y que hay progreso, omitiendo cifras de desempleo, de pobreza alimentaria, de crisis en el sector salud, el aumento en la inseguridad: todo producto de una pandemia mundial y de decisiones no contundentes para fortalecer a los puntos de producción que luchan y se la rifan para mantenerse de pie.

 

El nuevo año, además de frío, trae nuevos retos que deben ser asumidos antes de que por decisiones políticas erráticas se siga hundiendo el barco aniquilando proyectos y el futuro de millones de mexicanos que no tienen para donde voltear.

 

Pero aun así, la recomendación es que no se agote el coraje ni las ganas para salir adelante y exigir lo que nos corresponde: mejores oportunidades derivadas de un marco de facilidades y mejores condiciones.

 

Así, que ¡que arranque el 2022! Y a ponerle buena cara y todas las ganas.

 

PUEBLA Y LOS POBLANOS

 

El turismo y los mismos poblanos están de regreso en el centro histórico de Puebla y gracias a una buena política cultural por parte del Secretario de Cultura Sergio Vergara, combinada con una gran visión de promoción promovida por la Secretaria de Turismo Martha Ornelas y el Secretario de Economía y Turismo Municipal Alejandro Cañedo Priesca, los establecimientos del centro registran un satisfactorio movimiento.

 

Los llenos en los portales cada tarde, cada noche animan el ambiente y logran recuperar el impacto a la economía regional.

 

En este contexto se aguarda a la reapertura de uno de los establecimientos más emblemáticos  del primer cuadro del centro histórico, el hotel Royalty que la familia Hill Cortazar vendió a un grupo de inversionistas de Oaxaca que llegaron a Puebla antes de la pandemia para entrarle al negocio  hotelero abriendo uno y comprando otro en la zona de Angelópolis y posteriormente con una tentadora oferta sumaron a su grupo el considerado ‘la joya de la corona’, el icónico Royalty en el centro, ubicado a un costado de la catedral y frente a la fuente de San Miguel.

 

De entrada este grupo inyectó recursos frescos para reacondicionar el Royalty.

 

En tanto el portal contiguo, el Morelos, los señores Zanella y Carrión trabajan una ambiciosa ampliación ante la saturación y sobredemanda que registran de su clientela que gusta de disfrutar de buenas bebidas y excelentes platillos en un animado ambiente que los asistentes generan cada día.

 

La fiesta se extiende en la hospitalaria capital poblana en negocios que se han abierto en inmuebles alquilados frente a la catedral, como los de la familia Cué de la Fuente con un punto sobre la 16 de septiembre y otro en una privilegiada terraza frente a la puerta del perdón de la catedral.

 

Por cierto, que las noches del fin de semana los asistentes a esta terraza tienen asegurado el mejor palco para apreciar sobre los muros frontales los famosos wall mapping con los que en un derroche de luces se repasa la historia de los momentos estelares de esta gran ciudad.

 

La pandemia dejó un alto reciclaje de locales y negocios en el primer cuadro del centro.

 

Unos comercios se han podido mantener de pie desde el siglo pasado, y otros  no tuvieron otra más que bajar la cortina.

 

Entre otros, la prestigiada cadena de zapaterías del filántropo poblano don Gilberto Pacheco.

 

Y muchos establecimientos más de los que seguiremos hablando, no sin antes citar a los que estoicamente han podido mantenerse como un reto a su honor, pese a la difícil crisis.

 

Entre los sobrevivientes podemos hablar de la droguería de la familia Medina que está en manos de la tercera generación

 

La corsetería de la familia Rodríguez Fernández que sigue atendiendo a las poblanas de tradición.

 

Las cremitas, flanes, pambazos y paletas de La California de los señores Ruiz. La zapatería que en manos de la tercera generación de la familia San Martín logra resistirse a todos los embates y se mantiene con honor y calidad a la fuerte competencia que traen zapaterías de cadenas que llegaron de la ciudad de México.

 

Las sederías y mercerías de la familia Yitani que pese a que cada vez se cose y borda menos, se mantiene al día con sus telas y complementos.

 

Entre todos han logrado mantener con vida las calles del centro histórico de Puebla que se fortalece y logra captar la atención e interés de cientos de visitantes que disfrutan de un paseo, buena comida, antojos, y compras en un ambiente de hospitalidad.

 

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