Bien dicen que “cada quien habla según le va en la feria”.
Y en la que de ninguna manera ha sido una feria, sino una tragedia, la pandemia del Covid.
Habemos millones que no hemos tenido que referirnos al mortal ‘bicho’ en primera persona, pese a que a nuestro alrededor muchos han caído y hasta la vida les ha costado.
Y de esta suerte de no contraer la enfermedad, en territorio poblano, las decisiones que se tomaron con toda oportunidad fueron del gobernador Luis Miguel Barbosa, bien asesorado por su secretario de Salud José Antonio Martínez.
Al margen de lo que se decidía en la Federación, con pleno dominio del caso y conocimiento de Puebla y de los poblanos, decidieron irse por la libre para ir ajustando las decisiones.
Con todo y que en el centro se decidía el color del semáforo sanitario de Puebla, las decisiones las ajustaron pese a lo impopulares que por momentos parecieron, de lo contrario las bajas hubieran resultado mayores y la capacidad de respuesta del sistema de salud hubiera entrado en aprietos.
Por eso es de resaltarse la declaración emitida ayer por el mandatario poblano en su mañanera, cuando afirmó que las declaraciones del subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, en Puebla hace mucho dejaron de tener importancia.
Esto a propósito de que llegó el momento de olvidarse del cubreboca, el cual nunca fue obligatorio.
Afirmación que en Puebla se hizo de lado y hasta hoy en forma voluntaria la totalidad de los poblanos lo seguimos utilizando, para blindarnos de un contagio.
Hoy sólo queda insistir en la responsabilidad de cada uno para librar la batalla sin riesgos de recontagios, como está ocurriendo en otros países, como en China que ha tenido que confinar a su población en Shanghái y ahora en Pekín, por el coletazo que trajo el repunte y un promedio de cinco mil muertos cada día.
Sigamos las propuestas locales y olvidémonos de lo que deciden en el centro, sin conocernos y con un total desconocimiento de la idiosincrasia de cada región.
