Que los poblanos queremos espectáculos de primera quedó de manifiesto el viernes pasado con el concierto de tres horas y media que ofrecieron los tres tenores Fernando de la Mora, Javier Camarena y Ramón Vargas en el auditorio Metropolitano.

Hay que destacar que el público de todos los sectores no se cansó de ovacionar a las 3 figuras y en todo momento pidió más.

Y es que el programa variado que interpretaron satisfizo a todos con sus interpretaciones que comenzaron con áreas de distintas óperas, y siguieron acompañados por la Orquesta Sinfónica del estado de Puebla dirigida por Enrique Patrón de la Rueda, el Coro Normalista, el legendario trío Los Panchos y el Mariachi Juvenil de Tecalitlán.

Cada un baluarte de lo mejor de la música de México, hicieron efectiva la consigna de que “México suena a lo grande”

Con sus interpretaciones rindieron homenaje al país, a su gente, al amor, el desamor, la ilusión, el hechizo, ilustrados con sendas imágenes en movimiento de fondo de pantalla, con recreaciones de imágenes de lo mejor del cine mexicano en la era del blanco y negro.

La presentación de Los Tres Tenores despertó tal expectación, que gente de la ciudad de México llegó oportunamente para disfrutar del concierto promovido por el gobierno de Puebla a través de sus secretarías de Cultura y Economía.

Los tres tenores muy bien integrados cautivaron todos los gustos, de hasta tres generaciones con la interpretación de música de ópera,  boleros, baladas, danzón, para concluir con el calor de los sones y la música mexicana vigente todos los tiempos.

Como fin de fiesta al interpretar todos juntos, los 180 músicos,  coristas y los tres tenores “Qué Chula es Puebla” –el himno de los poblanos- la gente se estremeció, bailó y no dejó de aplaudir.

Con sus largos aplausos los poblanos obligaron a los tenores a regresar cuatro veces para interpretar otros éxitos y lanzaron la señal de querer más de esta calidad de conciertos, que permite a Puebla volver a izar la bandera de la capital de la cultura, el arte, el buen gusto.

Concierto de una gran calidad que deja huella de lo que Puebla es capaz de ofrecer y procurar.

¡¡¡Gracias!!!

O como diría otro grande, Don Pedro Vargas, “¡Muy agradecido! ¡muy agradecido! Y ¡muy agradecido!”.