Consternada con la solemne ceremonia del funeral de la reina Isabel II cargada de simbolismo tras 70 años de reinado, compruebo el orden, el respeto que prevalece en la sociedad inglesa, en donde hay cabida también para la disidencia que por ejemplo, desde el momento en que se conoció el fallecimiento de la soberana el 8 de septiembre, se dejó escuchar la consigna “muerta la reina se acabó la monarquía”.

Aseveración que anticipa un reinado nada fácil a su heredero Carlos III que a los 73 años asciende al trono y se ve obligado a abrir las ventanas de Buckingham para airear a la monarquía británica.

Y por su misma edad de ascenso, 73 años, se considera que tendrá un reinado muy corto para dar paso a su heredero el príncipe William de Gales.

¿A partir de qué momento se comenzarán a observar los cambios en la corona británica?

Es la gran pregunta, y el transcurrir de los días nos dará la respuesta.

Mientras tanto, afrontemos los estragos de los problemas internacionales de Rusia-Ucrania y también del Reino Unido, que al igual que los de nuestro poderoso vecino, impactan y desestabilizan la economía del mundo.

Y qué más podemos añadir, los problemas de México que cuesta trabajo sortear con la terquedad y corta visión de quienes tienen que tomar decisiones, y que pareciera que lejos de empeñarse en resolverlos, disfrutan mucho al enredarlos polarizando a los grupos de la sociedad.

Aquí cabe la sabia frase de la escritora Cristina Pacheco: “aquí nos tocó vivir” y bueno, sólo hay que asomarse tantito al mundo para comprobar que hay quienes la pasan peor.

Por lo pronto casi por decreto el presidente de la nación vecina ya declaró el fin de la pandemia de la Covid. Y nosotros sus vecinos por el mismo camino iremos, con todo y las fallas que surgieron en la atención de la pandemia en los momentos críticos, y el manoseo que se hizo de los recursos para adquirir las vacunas para blindar a los mexicanos del abominable y mortífero bicho.

La pandemia se llevó a familiares, amigos, la poca estabilidad que se tenía en el mercado laboral, se distrajo el crecimiento, pero aquí estamos bien y de buenas dándole la cara a los nuevos tiempos con sus nuevos retos.