El lugar donde justo en 1531 se fundó la ciudad de Puebla, después de permanecer abandonada, deteriorándose día con día por fin le llegó su momento y gracias a capitales foráneos es rescatada para darle un aprovechamiento digno.

Los predios de la zona de El Alto son rescatados por un grupo de inversionistas ibéricos con mucha visión, que ya están trabajando para construir departamentos respetando los lineamientos arquitectónicos de la zona y del tiempo de su origen.

Por estas características se tiene asegurada su comercialización por parte de compradores internacionales que disfrutan esta línea arquitectónica.

Y como cereza del pastel, en la zona donde abundaban pobladas vecindades a punta de la picota,  se construye un hotel con las mismas características que entra a un cotizado mercado.

Con este hotel y estos departamentos la zona de El Alto entrará a una nueva fase y reactivará la actividad económica con vecinos como las oficinas del poder ejecutivo estatal Casa Aguayo, el mercado de comida típica de El Alto, la zona del Paseo de San Francisco y cruzando el Bulevar 5 de Mayo el teatro Principal, el Barrio del Artista, El Parián, Los Sapos, las calles de los dulces de Santa Clara y por ahí la conexión con el primer cuadro del Centro Histórico.

Sí, Puebla está de moda para invertir.

Las inversiones aterrizan en todos los terrenos: el industrial, el médico, comercial, inmobiliario, automotriz y turístico.

En este último, cada fin de semana la zona del centro está saturada de paseantes que están permitiendo una recuperación dinámica tras dos años de paralización por la pandemia.

Puebla garantiza el entorno a las inversiones. Puebla da certeza y por este camino debe continuar para alcanzar el ritmo del crecimiento que comenzó a registrar antes de la pandemia.

Bienvenidos los capitales que llegan de otras  partes a trabajar la plaza.

Ahora corresponde a los capitales locales comenzar a sacar el guardadito para consolidar con decoro la faena.