Todo un acontecimiento se avecina para Puebla y los poblanos, con la nueva etapa del Museo Barroco de Puebla.

 

Descarte usted aquello de que se instale un cuadrilátero para ofrecer funciones de lucha libre.

 

Tampoco se repetirán experiencias que lo único que consiguieron fue alejar a los poblanos “de su museo”.

 

Para comenzar, su reapertura estará lista antes de que concluya el año.

 

El proyecto se advierte totalmente evolucionado de acuerdo a la tendencia museográfica del siglo XXI, en el que la tecnología soporta todo.

 

Además de reabrir con una exposición sorpresa que será todo un acontecimiento internacional -traída desde Europa- el Barroco se convertirá en un museo activo con áreas dotadas de la tecnología en tercera dimensión, en la que los visitantes quedarán involucrados con las imágenes de los cuadros en movimiento.

 

En sus jardines se desarrollarán actividades lúdico formativas.

 

Tendrá su galería de exposiciones temporales, y servicios complementarios de cafetería y recuerdos.

 

Esto es sólo un avance del ambicioso proyecto que sorprenderá a los propios poblanos que acudirán y regresarán una y otra vez atraídos por las obras que se presentarán, y con el orgullo de que sintetizará una nueva propuesta en la que se busca mover la esencia de la poblanidad.

 

Con este anticipo, husmeado por diversos frentes, llegamos a la conclusión de que no se ha parado de trabajar por la grandeza de Puebla en el sexenio del gobernador Luis Miguel Barbosa.

La famosa hierbita chipilin en Puebla

 

Ahora que la 4T ha puesto de moda los famosos tamales de chipilín, me encuentro con la buena nueva  de que sin necesidad de ser invitados a disfrutarlos en Palacio Nacional, los tenemos al alcance en nuestra ciudad, dicho sea de paso, capital del mole poblano, las chalupas y el chile en nogada.

 

Lo que me lleva a precisar que aunque ni doña Beatriz “la no primera dama” y su esposo el presidente nos inviten, desde nuestros sencillos espacios familiares podremos disfrutar el famoso tamal de chipilín.

 

María López que tiene un negocio en Puebla en la colonia Santa Cruz Buenavista, con todos los productos chiapanecos, ofrece el famoso chipilín -que en lo personal me causaba una gran curiosidad-.

 

El chipilín es una hierbita de la zona chiapaneca, con un sabor especial, del tipo del orégano, el tomillo.

 

Y representa el ingrediente aromático de los tamales chiapanecos de tanta fama en la mesa presidencial y de todas las familias de la zona.

 

Mi amiga María López incluso en su propuesta gourmet especializada ofrece tortillas de chipilín altamente demandadas con la nostalgia de quienes viven fuera de su terruño sureño.

 

De tal forma que si usted apetece disfrutar las delicias de los chiapanecos ya sabe, en la calle Lázaro Cárdenas 921 en Santa Cruz Buenavista.

 

Y este no es un comercial, es una aportación a los chiapanecos y a los estómagos ansiosos de disfrutar lo más selecto de los alimentos que tenemos en territorio mexicano.

 

 A tejer con causa

 

En plena jornada de promover la cultura de la detección oportuna del cáncer de mama, después de la pandemia Rodrigo Irigoyen regresa a reunir al grupo Tejedoras con Causa que se reúnen cada sábado para aprender a tejer prótesis para las mujeres que han pasado por el cáncer de mama y que han perdido un seno, o los dos.

 

Las tejedoras con causa deben de saber tejer de agujas para aprender a hacer las prótesis que sustituirán a un seno perdido.

 

Las interesadas por lo pronto son convocadas a reunirse sábado 22 o 29 de octubre, de 10 de la mañana a 12 del día, en el Coffee Forum de la Noria.

 

Que trascendental resulta para las mujeres recuperar con una prótesis un seno perdido por el cáncer.

 

Vuelven a la vida con la autoestima fortalecida.