Se ha denunciado y hablado insistentemente de los definidos como “los monta choques” sobre los que incluso en las redes se han difundido fotografías de un tercio de jóvenes, un hombre y 2 mujeres que son identificados por algunas de sus víctimas.
Pero ¡aguas!
El caso de éxito de éste trío es secundado por otras personas que han encontrado una gran oportunidad para timar sobre todo a mujeres, a las que buscan defraudar.
No forzosamente tienen una imagen desaliñada ni se comportan en forma agresiva.
No.
Por el contrario
Se trata de caballeros maduros de impecable presentación que a bordo de un automóvil modelo de 5 a 3 años anteriores circulan por las avenidas de Puebla en busca de sus víctimas.
Tras un alto, al aparecer la luz verde no arrancan y la conductora (preferentemente mujer) arranca y le da un llegue al vehículo de adelante.
El conductor de inmediato desciende de su vehículo quejándose de un impacto en el cuello por el latigazo del supuesto empujón y culpa –de manera tranquila- a la conductora de atrás.
En ese momento…
¡Oh sorpresa! descubre que con el impacto, su vehículo quedó descuadrado, con la facia desprendida y trata de abrir la cajuela y ya no lo logra fácilmente porque fue impactada y descuadrada.
Invariablemente levantando las manos exclama
-¡Cuánto daño le hizo a mi vehículo señora!
Y la conductora entra en un estado de nerviosismo que la lleva a titubear sobre su reacción, ante lo que el agredido fija una cantidad amigable, 5 mil pesos y “ahí queda” dice.
Pero de pronto la mujer revisa que su vehículo no tiene ningún impacto y se cuestiona ¿Cómo le hice todo eso a su auto y el mío no tiene ni un arañazo?
El responde, “el impacto se lo dio usted a mi auto”.
Si la mujer reacciona, se defiende y pide la intervención de su compañía de seguros, entonces su víctima dice que tiene prisa y se lo deja a su conciencia.
Pero si la mujer víctima de las circunstancias se deja sorprender, va a un cajero o entrega el efectivo que lleva.
El caso se está reproduciendo, tenga mucho cuidado.
Es una de las tantas nuevas formas de extorsionar, sobre todo le repito, a las mujeres.