Yo no sé usted, pero yo estoy convencida de que ya aspiro a encender un día la televisión, el radio, conectarme en las redes y ya no ver tanta noticia que altera el orden en pensamientos y los propósitos de cada día.
Como que todos exclamamos…
¡Es hora de vivir en paz!
Desde luego que las cosas no pueden ser como en el paraíso descrito, pero ya no más feminicidios, tráfico de personas, de armas, de drogas.
Yo no digo que se oculte todo lo malo que enfrenta y comete nuestra sociedad hoy en día, pero de acuerdo a las políticas públicas en materia de seguridad, por ejemplo, debe de marcarse ya una tendencia a la baja, ya no más salvajismo.
Coincido con quienes plantean que estamos llegando tarde a la revisión de los patrones con los que se mueve la sociedad, hay que recomenzar y reaprender a vivir y convivir, y desde luego a gobernar y a respetarnos unos a otros.
Es el momento de hacer un alto en el camino y rescatar las buenas prácticas para construir hombres y mujeres, sociedades con una tendencia a enriquecer la convivencia y recuperar el entendimiento.
Este rollo no es un argumento como el obligado a pronunciar entre las concursantes de los certámenes de belleza.
Es una aspiración colectiva.
Para comenzar yo le aconsejo evitar transmisiones de radio y de televisión en las que una persona como metralleta dispara calificativos que denuestan y no llevan más que a la polarización de la sociedad, sin opción de ofrecer alternativas que sacudan el ánimo y el empuje y la fuerza para comenzar una mejor oportunidad de vida.
Eso quiero.
Eso espero cada día
¿Y usted?