Se dice que México sale mal calificado en rendimiento escolar.
Es decir, la instrucción básica que se ofrece en el país azteca, deja mucho que desear, desde antes, durante y después de la pandemia.
Se sostiene que la educación en México es insuficiente, desigual y su calidad es incierta.
No se trata de denostarnos con ligereza.
De atacar con la espada desenvainada.
Estos aspectos quedaron de manifiesto con la marcha “#el INE no se toca”
Y es que después de ver un sin número de graficas de la magnitud de la marcha, los primeros que la comentaron, las autoridades de la ciudad de México calcularon unos 10 mil asistentes.
Con este cálculo definitivamente quedaron reprobados en ábaco personajes como el Secretario de Gobierno de la ciudad de México Martí Batres.
Se puede estar o no de acuerdo con el gobierno de la 4T.
Se puede estar de acuerdo o no con el presidente.
Pero algo tan evidente, por más que se le quiera dar la vuelta, lo único que se consigue es mostrar la víscera fuera de control.
Y esto sí preocupa y lleva a la pregunta ¿en manos de quién está este noble y buen país?
¿Qué futuro inmediato podemos tener?
Sólo hay una certeza, con frentes de guerra abiertos por todos lados tanto dentro como fuera de casa, ¿hacia dónde nos dirigimos?
El futuro cada vez es más incierto.
Y si bien el presidente llegó a palacio por un carisma natural, hoy con sus desplantes, su coraje y sus desafortunados episodios de odios y rencores, surge una pregunta ¿AMLO es demócrata?