Y a propósito de tantas marchas que representan la medición de la popularidad, simpatía y confianza que se tiene en los promotores de estas, viene ahora la de la jefa del gobierno de la ciudad de México Claudia Sheinbaum, quien con el pretexto de celebrar un año más de su ascenso al gobierno capitalino, ya anunció una concentración que sin lugar a dudas aprovechará para relanzar su campaña para ganar la candidatura de Morena para contender por la presidencia de la república.
De antemano se contempla que con contingentes prestados de los alrededores de la ciudad de México, la gobernadora volverá a contar con un sustancial foro para demostrar a todos el fortalecimiento de su imagen como figura triunfadora para lo que viene.
De que vuelva a llenar el zócalo, no se tiene la menor duda poniendo en juego todas las estratégicas experimentadas para el objetivo por parte de quien gobierna.
Esta y todas las marchas de la 4T se verán rebasadas 11 y 12 de diciembre con la que verdaderamente es genuina y espontanea, que se logra sin acarreados, la que el pueblo de México logra en torno a la fiesta de ‘la morenita’.
Después de 2 años en los que por la emergencia sanitaria no se pudo celebrar, los sobrevivientes de la pandemia con más júbilo y gratitud han ahorrado las últimas semanas y están organizados para estar presentes ante su ‘patrona’ el 12 de diciembre.
Las autoridades capitalinas ya tienen claro el panorama de lo que será ésta manifestación y enfrentan la responsabilidad de montar una logística que permita el arribo y el retiro de todos los devotos sin problema alguno, ni para ellos ni para quienes viven y hacen su vida normal en la zona de la Villa de Guadalupe.
Ya al comenzar a correr el mes de diciembre previo a la gran fiesta, miles de guadalupanos llegan cada día a cumplir con su saludo y manda a la virgen.
Y para el 11 y 12 de diciembre se espera una asistencia record, que rebasará la registrada en años anteriores.
En esta manifestación de agradecimiento y peticiones, los católicos mexicanos experimentarán una vez más su catarsis de hacerse escuchar ante ‘la patrona de México’ que es la que al final de cuentas no falla y todo lo puede.
Para el 12 y 13 de diciembre se hablará del manifestómetro y algunos tendrán que acudir de rodillas a rogarle a la virgencita su intercesión para recibir la bendición final, no la de un jefe de partido, sino la del votante que el 2 de junio del 2024 dará la última palabra con un voto.