En el recuento de voto por voto, casilla por casilla, de las 108  casillas instaladas en todo el estado, para captar los sufragios de los panistas en elección de dirigente estatal, Doña Augusta Valentina Díaz de Rivera, supera por mil cien votos, a Doña Genoveva Huerta, quien pretendía reelegirse.

 

             Pero, además, los panistas que fueron desplazados de su partido por el morenovallismo, aunque desde el presidente Calderón, hasta el último integrante del comité nacional de entonces y de ahora se hicieron los desentendidos (lo que no suena lógico, suena metálico, como dicen los clásicos), como que despertaron de su letargo y han estado brindado todo su apoyo a la nueva dirigencia encabezada por la señora Díaz de Rivera.

 

             No hay manera de que vuelva, por lo menos en corto tiempo, esa corriente ajena por completo al Partido Acción Nacional, pues la dirigencia estatal de ese partido era el último reducto de lo que queda de la corriente creada por el primer gobernante panista de la historia de Puebla, que trabajaba no para el partido conservador, sino para los intereses personales y grupales, lo que tenía enojados a los verdaderos militantes.

 

              Panistas como el actual presidente municipal de Puebla, como el ex dirigente y actual diputado federal Rafael Grajales y el también diputado federal Mario Riestra, así como otra diputada federal, y vieja luchadora surgida de la primera ola de neopanistas, Ana Teresa Aranda Orozco se han sumado a Augusta Valentina y le exigen cambiar las políticas del PAN en Puebla, para hacerlo un partido cercano a la gente, fuerte y competitivo.

 

               PLATICAMOS AYER CON UN GRUPO DE priistas que no habíamos visto desde que se inició la pandemia y, después de las consabidas preguntas de cómo has estado, como está la familia, etc., les preguntamos su opinión sobre la forma en que su partido, el PRI, enfrenta la crisis política a la que está sometido.

 

              Todos se manifestaron en contra de la forma en que Alejandro Moreno Cárdenas, el dirigente nacional, apodado ‘Alito’ y el dirigente local, Néstor Camarillo, llevan la conducción del PRI.

 

              Unos dijeron sentirse avergonzados y lastimados en lo personal, por la entrega tan descarada de sus dirigencias, tal como han hecho del partido a la derecha.

 

             Han olvidado el dicho de que tiene más el rico cuando empobrece, que el pobre cuando enriquece: el PRI fue el dueño del país, políticamente hablando, durante todo el siglo XX y está claro, por ejemplo en Puebla, que pese a su debacle tiene mejor estructura y organización de que un partido como Acción Nacional, que ahora se asume y nadie le dice nada, como la segunda fuerza política del estado.

 

             Al Partido Revolucionario Institucional le faltan líderes, dirigentes capaces y patriotas con convicciones para sacar adelante al partido surgido de la Revolución de 1910, que durante sus primeros gobiernos se preocupó de sacar adelante a los obreros, a los campesinos, a las clases medias populares y fue capaz de colocarse a la cabeza de América Latina durante mucho tiempo.

 

              La debacle se inició con los gobiernos neoliberales de Carlos Salinas y los dos gobiernos panistas, el de Fox y el de Calderón, que fueron un verdadero desastre.

 

             ¿Y no le hace falta también al PRI una militancia que no sea agachona, que no busque sólo posiciones dentro del gobierno y que funcionarios de todos los niveles actúen con honradez? Preguntamos.

 

              Todos estuvieron de acuerdo en que sí, hace falta eso, pero se podrá lograr, dijeron, con una buena dirigencia que se decida a transformar al partido. Hoy lo puede hacer, pues no está en el gobierno y no tiene a un presidente que siempre fue visto como el que lo decidía todo, bueno o malo, sin que nadie le dijera nada. Ese sometimiento nos llevó a donde estamos, coincidieron en afirmar.

 

               EL PASADO MARTES, LA CIUDAD DE HUAMANTLA, en el vecino estado de Tlaxcala, fue declarada capital de ese estado por un día.

 

             El motivo era la conmemoración el 145 aniversario de la batalla de Tecoac, una hacienda de la región donde se decidió la caída del gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada.

 

              La celebración incluyó una sesión del Congreso del Estado con la presencia de la Gobernadora, de las autoridades municipales, militares y los discursos correspondientes. También estuvo ahí el pleno del Tribunal Superior de Justicia y los oradores coincidieron en convocar a la unidad de todos los municipios tlaxcaltecas, para lograr un desarrollo en todos los niveles a fin de alcanzar la tan ansiada igualdad social y un progreso uniforme en toda la entidad.

 

               ANUNCIÓ AYER EL GOBERNADOR DE PUEBLA, Miguel Barbosa Huerta, que los apoyos a los damnificados de San Pablo Xochimehuacan, donde hubo una explosión y resultaron afectadas decenas de viviendas, se están entregando directamente, sin tanta papelería o burocratismo.

 

            Esos apoyos son otorgados por los gobiernos federal, estatal y municipales, y la razón de evitar lo que se ha llamado tramitología, es para que los recursos lleguen cuanto antes a manos de los afectados, para que no sigan sufriendo las incomodidades y el dolor de haber sus viviendas, y lo que durante toda su vida han construido para brindar comodidad a sus familiares.

 

             También eso evita el intermediarismo que tan costoso ha resultado para las personas más necesitadas de México.