“El límite del poder público es la ley y no la voluntad de quienes lo ejercen”, se dijo ayer al iniciarse en esta capital, el primer Congreso Internacional de los Derechos Humanos, que terminará el día 30.
Esa frase se pronunció en una entidad que por muchos años fue tierra de caciques. Los cacicazgos poblanos, regionales, y uno estatal, fueron permanentes violadores de los derechos humanos, antes de que el respeto a esos derechos se impusiera como ley.
Las arbitrariedades de presidentes municipales, representantes populares, altos funcionarios y algunos gobernadores, son legendarias y forman parte de la historia del Estado de Puebla.
Se siguen cometiendo abusos, principalmente de autoridades de los municipios de la Sierra Norte, de la Sierra Negra, de la Mixteca y del centro, pero cada día se han ido reduciendo, pues no es fácil acabar con un sistema de corrupción y de abusos de autoridad de la noche a la mañana.
Por eso es importante y de gran trascendencia la realización de este Congreso en la capital del Estado: permitirá la concientización de la sociedad para exigir el respeto a sus derechos y denunciar los abusos que cualquier autoridad cometa, porque por desgracia, han sido autoridades de todos los niveles, las que cometen el mayor número de estos ilícitos.
En la segunda mitad de los años treinta, se instaló en Puebla un gobierno caciquil encabezado por el general Maximino Avila Camacho, del que todavía se cuentan historias terribles. Para la creación de ese cacicazgo, el gobernador tuvo tratos con todos los caciques regionales y entre todos mantenían el control absoluto de la entidad. Después de su muerte en Atlixco, cuando ya no era gobernador pero seguía manteniendo el control, el “avilacamachismo” siguió imperando hasta los primeros años sesenta cuando el presidente Adolfo Ruíz Cortines, apoyó al gobernador en turno, para acabar con el grupo que prácticamente era dueño de la entidad poblana.
Desde entonces, los hombres fuertes se replegaron y aunque ya no se hablaba de asesinatos políticos sí se conocían abusos de autoridad, sobre todo en los municipios, de alcaldes y diputados o dirigentes partidistas.
ASISTIERON A LA INAUGURACIÓN DEL CONGRESO, el gobernador Miguel Barbosa Huerta; el presidente de la Comisión de Coordinación Política del Congreso local, Sergio Salomón Céspedes Peregrina; el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez; la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, Néstora Salgado García; la presidenta de la Barra Mexicana de Abogados y otras personalidades.
En los tres días que durará la reunión se abordarán los siguientes temas: la Agenda de Trabajo hasta el 2030; Derechos de los pueblos y comunidades indígenas; Justicia transicional; Igualdad de género; Libertad de Expresión y Prevención de Justicia Oficiosa.
Hay representaciones de varios países, tanto latinoamericanos como de otros continentes. En total asistirán a esta reunión 5 mil 903 personas de las cuales 903 estarán en forma presencial y el resto en forma virtual, pero todas podrán participar en las reuniones.
AYER LE COMENTAMOS SOBRE EL GRAVE PROBLEMA que enfrenta al PRI para poder reactivar sus actividades y le dijimos que el profesor José Luis Trejo Márquez, que fue un activista del PRI dentro de la Confederación Nacional Campesina, ha empezado a desarrollar un proyecto para rescatar en parte a dicha organización que fue uno de los sectores básicos del priismo.
Ha empezado a organizar en su región, Tehuacán, a las comunidades originarias de la región para promover su desarrollo y defender sus derechos ante cualquier abuso de los poderosos de la zona, pero también ha invitado a ex dirigentes cenecistas de otras entidades a hacer lo mismo y su idea ya tiene seguidores en varios estados de la república, entre ellos Baja California, Veracruz y Jalisco. Su organización llevará el nombre de Comunidades Naturales de Campesinos, que llevará el agregado del estado de que se trate. En el caso de Puebla, pues será CNCP. Está muy entusiasmado.
