El licenciado Gabriel López Castañeda, experto en cuestiones municipales y exfuncionario del desaparecido Centro Estatal de Desarrollo Municipal, afirma que pocos, en realidad muy pocos de los 217 municipios de la entidad muestran algún grado de desarrollo, por el contrario, excepción de los llamados pueblos mágicos y algunos otros, están retrocediendo en la atención de las necesidades básicas de sus habitantes y confrontan problemas políticos derivados precisamente de eso, de no atender las necesidades de la población, de no cumplir con la ley de transparencia, de manejar mal los recursos públicos con los que cuentan y practicar el nepotismo (colocar a parientes cercanos y amigos en puestos administrativos importantes).
No tienen ninguna orientación por parte de las autoridades estatales, pues Rafael Moreno Valle Rosas desapareció a la Dirección Estatal de Desarrollo Municipal, dependiente de la Secretaría de Gobernación y creó la Dirección de Desarrollo Institucional Municipal, dependiendo de la Secretaría de Finanzas. Esto lo hizo para que el gobierno estatal manejara en la realidad, los recursos de cada municipio, lo que restaba soberanía a los gobiernos municipales.
La dependencia morenovallista fue desaparecida por el gobierno estatal actual y los 217 municipios de la entidad quedaron al garete.
HASTA HACE APROXIMADAMENTE 20 AÑOS, LOS ayuntamientos del estado, recibían capacitación de sus partidos PRI y PAN, concretamente y lo hacían bien. Los priistas les daban cursos sobre administración y sobre problemas sociales, pero entonces el PRI tenía gente capacitada y experimentada para todo, y el PAN en pequeña escala también.
Ahora, sin que haya una dependencia gubernamental encargada de esto y con los partidos políticos desorganizados por haber perdido su estructura, su unidad interna y hasta su ideología, los ayuntamientos, surgidos del partido que sea, están al garete. Quienes los integran carecen de oficio político en su gran mayoría, de sensibilidad política y social, salvo excepciones, y esa es la causa del atraso que están resintiendo los pueblos que gobiernan.
El estado de Puebla tiene muchos municipios que no deberían serlo, pues cuentan apenas con menos de mil habitantes (7); con menos de dos mil (12); con menos de tres mil (20), pero tiene a 30 municipios con más de 50 mil y todos confrontan problemas graves.
ESTE ES UN PROBLEMA POLITICO GRAVE QUE TIENE que resolverse cuanto antes. Hay que recordar que el gobernador panista, el primero que tuvo esta entidad en su historia, actuó más como presidente municipal de Puebla, cuyo titular era el mismo que hoy gobierna al municipio capital del estado, también panista y que en realidad no pudo actuar como tal, porque su correligionario gobernador lo acaparó todo.
Y TAMBIEN HAY QUE TENER EN CUENTA QUE AL concentrar su actividad en la capital, el gobernador del PAN abandonó a su suerte al resto del estado y el candidato a la mini-gubernatura, Antonio Gali, que no era panista, recibió durante su campaña por el estado, el reclamo de todos los pueblos por el abandono en que se les tenía.
Cada autoridad, federal, estatal o municipal, electa por el pueblo, tiene que responder a los electores de la instancia de gobierno correspondiente y no andar buscando concentración de poder que la ley no permite y que el pueblo también reprueba por resultar contraproducente.
Sí debe haber una dependencia como lo fue el Centro Estatal de Desarrollo Municipal, para auxiliar a los ayuntamientos en la solución de problemas, principalmente legales y políticos, con respeto a su soberanía e independencia y bajo la supervisión de la ahora Secretaría General del Estado.
Al frente de esa dirección estuvo el licenciado César Musalem Job, que desarrolló una labor relevante durante varios años en los gobiernos de Mariano Piña Olaya y de Melquiades Morales Flores, y antes de ellos con Guillermo Jiménez Morales.
Su delicado estado de salud, no le permitiría hacerlo ahora. Por cierto le expresamos desde aquí nuestros mejores deseos para su pronto restablecimiento, que desean también muchos amigos comunes.
