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Martes, 20 Abril 2021 03:07

Aguas, Lalo, la paciente no se ha muerto

Aguas, Lalo, la paciente no se ha muerto Escrito Por :   Arturo Rueda

Justo es decir que desde su arranque, cuando obtuvo un histórico 91 % de desaprobación, Claudia mejoró lenta pero de forma consistente y hoy se encuentra incluso mejor que la calificación que le dejó Banck. En número concretos, Claudia es reprobada por 3 de cada 4 poblanos…aunque en enero de 2019 lo era por 9 de cada 10 poblanos


 

Si a alguien tiene que echarle la culpa Claudia Rivera de la posición precaria que ocupa en las encuestas rumbo a la reelección es a su yo del pasado. A la que comenzó a mal gobernar en octubre de 2018, a su curva de inexperiencia como presidente municipal en los primeros meses de su mandato.

 

La serie de encuestas trimestrales sobre seguridad urbana (ENSU) del INEGI dejan en claro la evolución del gobierno de Rivera Vivanco, desde los desastrosos resultados del último trimestre de 2018, cuando Puebla se convirtió en la tercera ciudad más insegura del país y la percepción de violencia alcanzó su pico histórico de 94 por ciento.

 

 

Ya nada fue peor, pero tampoco fue igual: desde entonces los poblanos tuvieron claro que Claudia nunca tuvo un plan. Que la improvisación dominó y que la curva de aprendizaje de la “ciudadana” salió carísima.

 

Desde entonces, Claudia se ha dedicado a enmendar su propio desastre de una manera consistente. En esta larga agonía que ha sido su gobierno, la percepción de inseguridad bajó de ese 94 por ciento al 80 por ciento que ayer reportó el INEGI.

 

 

Es decir, 14 por ciento de poblanos ven una mejor situación en la seguridad pública. No estaría mal para un gobierno, excepto que fue el propio gobierno de Claudia el que nos llevó a una situación extrema.

 

Basta recordar que cuando Gali dejó la alcaldía para ir por la minigubernatura, en febrero de 2016, la percepción de inseguridad sólo era del 65 por ciento.

 

Y ya puestos a hacer un ejercicio de memoria, ¿cómo se percibía la inseguridad con Eduardo Rivera?

 

Los datos de la ENSU no llegan hasta ahí, por lo que es difícil hacer un punto de comparación con una salvedad: durante el trienio de Rivera la capital perdió a la mitad de sus policías por decisión de Moreno Valle.

 

Otro dato en favor de Claudia: durante nueve meses de 2020 las restricciones de movilidad y cuarentena disminuyeron drásticamente todas las actividades económicas…incluida la delincuencia.

 

Justo es decir que desde su arranque, cuando obtuvo un histórico 91 por ciento de desaprobación, Claudia mejoró lenta pero de forma consistente y hoy se encuentra incluso mejor que la calificación que le dejó Banck.

 

En números concretos, Claudia es reprobada por 3 de cada 4 poblanos...aunque en enero de 2019 lo era por 9 de cada 10 poblanos.

 

¿Significa eso una mejora? Sin duda en términos estadísticos, pero no se ve cómo mejoren la situación de la reelección.

 

El primer año fatídico lo marcó todo: el paciente empeoró tanto que ya sólo le quedaba tener una leve mejoría para que a la familia le diera esperanza.

 

Y yo diría que fueron los primeros cuatro, cinco meses, cuando se le perdió toda la fe a Claudia. Fuimos poco pacientes y ella no tuvo prisa en mejorarse. Perdió de vista que algún día buscaría reelegirse.

 

 

Pero ojo: el paciente Claudia no se murió y todavía sigue luchando por su vida, un elemento que debería tomar en cuenta Eduardo Rivera para el diseño de su campaña.

 

Los “hubiera” no existen en la política, pero si Claudia no hubiera arrancado tan mal su gobierno, ni con una relación tan mala con la prensa, hoy tendría la continuidad amarrada por otros tres años y se permitiría soñar con la gubernatura con mucha seguridad.

 

Que de algo le haya servido la lección, si es que vuelve a ganar.

 

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