Los tiempos de la pandemia chocan con los tiempos de la política. Cuando termine el segundo confinamiento, supuestamente el 25 de enero, apenas quedará un par de semanas para que ocurran los movimientos de aquellos ediles y diputados que busquen la reelección, pues según el reglamento del IEE esto deberá ocurrir a más tardar el 6 de febrero.

 

Pero si la velocidad de los contagios no cede, así como el número de hospitalizaciones, el confinamiento tendrá que alargarse por tercera vez por otras dos semanas. Esto es, justo cuando deban solicitarse las licencias e inicien las precampañas.

 

Todo el proceso electoral 2021 será sui generis, por más que las vacunas comiencen a distribuirse hoy, pues el Plan de Vacunación de AMLO señala que para las capas mayoritarias de la población -menos de 50 años-, esto ocurrirá después del proceso electoral… si es que ocurre.

 

Los tiempos se aprietan, y por ello es que los destapes se suceden de forma atropellada: el domingo Armenta, el lunes Biestro y al final de semana, Claudia Rivera. En medio, el multisabor Chelís, que lo mismo ha apoyado al PRI que al PAN y ahora a Morena.

 

Queda un mes, por supuesto, sin que exista un método definido para dirimir esa candidatura que arrastrará o desplomará. La capital, por su impacto en distritos, marca la agenda política para retener al Congreso.

 

Sobre la capital gravita todo. No sólo porque se trata del principal foco de contactos, por lo que probablemente permanecerá en semáforo rojo hasta febrero. Lo es porque también define los bloques de competitividad de acuerdo con los criterios del IEE.

 

Por ejemplo: si el género se mantiene en Puebla capital para mujer, todo el bloque de  alta competitividad seguirá igual que en el 2018.

 

Pero si hay cambio de género en la capital a hombre, también se modificará el género en ese bloque de alta competitividad, que incluye los municipios más importantes del estado. Es una decisión que modifica todo el tablero, repercute en el plan electoral.

 

Si eso ocurre, San Andrés Cholula se asigna a hombre, por lo que Karina Pérez Popoca no podría reelegirse y los Xicale tomarían por asalto la candidatura, mientras que ella tendría que buscar la diputación local, desplazando a Tonantzin Fernández. Movimientos caóticos.

 

Tehuacán, por ejemplo, cambiaría a mujer y entonces la diputada Mónica Romero Garci Crespo desplazará a Fernando Sánchez Agis. En Tehuacán, hay que recordar, se juegan dos distritos locales.

 

Otro impacto ocurriría en San Pedro Cholula. Con buenos números, Luis Alberto Arriaga no podría reelegirse al cambiar a mujer, por lo que Morena tendría que tomar otro destino, quizá Tonantzin.

 

Los bloques de competitividad ya fueron aprobados por el Consejo General del IEE en sesión ordinaria el pasado 30 de enero. Es decir, ya son inamovibles y sólo quedan algunas normativas pendientes de asegurar la paridad de género.

 

El 6 de febrero, además, tendrán que ingresarse las coaliciones electorales en el IEE, por lo que se sabrá en qué grado irán comprometidos Morena, Verde, PT y PANAL.

 

Mientras se desarrolla ese teatro de los acontecimientos, la crisis sanitaria seguirá al mismo nivel, pero la económica será insoportable por la cantidad de empresas cerradas y de negocios perdidos, configurando un año mucho peor que el de la crisis de 1995.

 

Además, la sociedad será escéptica de acudir a votar por las posibilidades de contagio.

 

Así que en el arranque de las precampañas, el tono y mensajes definirán la personalidad de los candidatos y de sus campañas.