Aunque todavía no hay un cronograma interno para registrarse como aspirante a alcalde o diputado local, y el único plazo cierto es el avalado por el INE del 6 de febrero como arranque de las precampañas, Morena arde internamente porque las encuestas muestran que la coalición PRIANRD sí es competitiva para arrebatarles la capital, así como la mayoría del Congreso local.
Parece una verdad de Perogrullo, pero es la hora en que Morena necesita a sus mejores candidatos. La elección 2018 no se parece nada a la de 2021. Hace tres años, la fuerza de Andrés Manuel López Obrador y el “6 de 6” los arrastraron a cargos de elección popular. Pero ahora no hay ese impulso.
La encuesta difundida anoche por CE Research de la revista Campaign & Elections tendría que desmoralizar a los aspirantes morenistas. Según ella, la coalición PRIANRD le saca 21 puntos de ventaja a Morena, algo que no había ocurrido en mediciones anteriores.
El mejor candidato de Morena es Gabriel Biestro y pierde por más de 30 puntos frente a Eduardo Rivera, el mejor del PRIANRD, en un careo directo. No lo creo, pero trae esos datos.
A Claudia Rivera ya ni vale la pena medirla ni hacer careos. Su posicionamiento es tan malo que si Morena la hace candidata se pierde todo en la zona metropolitana. Claudia es Chernóbil.
Los datos de la encuesta de CE Research son interesantes, pero ni Lalo Rivera es todavía candidato del PRIANRD, ni Gabriel Biestro lo es de Morena.
Si es cierto que Eduardo Rivera Pérez, el aspirante mejor posicionado a la alcaldía angelopolitana, sigue negándose a repartir el botín de la planilla de regidores tanto al grupo de Genoveva Huerta, así como a los grupos priistas, y si también es cierto que Pepe Chedraui ha puesto en la mesa 200 millones de pesos, la pelea por la alcaldía puede convertirse en una carrera parejera de tres… o de más.
Uno, por supuesto, el abanderado de la coalición Morena-PT-PANAL y quizá el PVEM.
Otro, Pepe Chedraui como abanderado del PRIANRD.
Y claro, Eduardo Rivera Pérez, a quien le mantienen el ofrecimiento de la candidatura de Movimiento Ciudadano frente a la irrupción de Manlio Huerta López, a quien impulsa Fernando Morales. El ex alcalde le da al partido de Dante, bajito bajito, un 15 % de la votación, por lo que no dudarán en hacer a un lado al empresario mediático.
Como lo hemos señalado anteriormente, el ex alcalde se vanagloria de que su nombre tiene garantizado alrededor de 150 mil votos. Suponiendo que sí, como MC no le aporta ni uno solo, pues con esos 150 mil votos no le alcanzan para ganar. Necesita más.
Pero si Lalo Rivera obtiene 150 mil votos para MC, es que le robó muchos votos al del PRIANRD que sería el empresario Pepe Chedraui, que entre su dinero y el impulso de esos tres partidos rondaría los 180 mil votos.
La carrera parejera de tres se consolidaría con el abanderado de Morena. Gabriel Biestro fácilmente podría obtener los 200 mil votos, pero parece difícil que más ante la herencia negra de Claudia Rivera. Necesita hacer una campaña que supere ese lastre.
De lo que ocurra en la capital dependerán los cuatro distritos federales y los siete locales.
Andrés Manuel se juega la mayoría en San Lázaro y Barbosa la del Congreso local.
Todos esos proyectos dependen de si al final Lalo acepta ceder parte de su planilla de regidores, por no decir que la mayoría, y si Morena encuentra la forma de deshacerse de Claudia Rivera y genera unidad en torno a Biestro.
Todas esas historias quizá se definirán esta semana.
Todo indica que vamos a una elección muy cerrada, en la que el ganador tendrá máximo unos 220 mil votos.
Por supuesto que lo mejor que le pueda pasar al PRIANRD es que Morena cometa la estupidez de dejar a Claudia.
Y a Morena lo mejor que le puede ocurrir es que la soberbia de Lalo le impida asumir la candidatura del PRIANRD para irse a MC y robarle votos a la coalición Va por México.
Queda poco tiempo, repito, porque las precampañas inician el 6 de febrero. Son tres semanas para organizar el proceso. La batalla en todos los frentes ya se va a desatar.
