A estas alturas ya es escandaloso el hecho de que la Secretaría de Salud federal mantenga a Puebla como el estado con menor porcentaje de vacunación, y es inevitable el tufo de una interpretación política para privilegiar a unos y castigar a otros.

 

El Plan Nacional de Vacunación, tal como avanza, es el plan de una dotación selectiva de vacunas sin parámetros claros.

 

 

A sólo dos horas de distancia, la CDMX de Claudia Sheinbaum ya tiene un porcentaje de cobertura del 86 por ciento de su población mayor de 18 años, mientras que en Puebla apenas se llegó al 30 por ciento gracias a la jornada que terminó en la zona metropolitana.

 

Cuando en CDMX ya se comenzó a avanzar en los jóvenes de entre 18-29 años, en Puebla capital todavía no se les da la segunda dosis a los mayores de 50 años. Tampoco la segunda dosis de los cuarentones.

 

Y si no se avanza con los cincuentones, ni con los ‘chavorrucos’, mucho menos se va a entrar con los treintañeros.

 

Y no se trata de que no hay vacunas o congeladores vacíos: según los informes diarios de la Secretaría de Salud hay un stock de 19 millones de dosis embodegadas por ahí en Birmex.

 

 

Y no se trata de que Puebla no tenga capacidad logística para aplicarlas, pues Barbosa y el Dr. Martínez solicitaron un millón 74 mil dosis para cubrir el espectro de población que ataca la cepa Delta, pero apenas les mandaron 140 mil dosis.

 

 

Recientemente se nombró a la titular de la SSP como responsable de la vacunación, y también recientemente AMLO dijo que se iba a lanzar un plan de emergencia para cien municipios poblanos.

 

Pero nada. Y ayer Barbosa ya pidió a la Federación voltearnos a ver.

 

El análisis de los datos revela un sesgo político inevitable en el caso de la CDMX, porque si ahí se ha inoculado al 86 por ciento de la población, el objetivo es apuntalar la imagen de la ‘Delfina presidencial´, Claudia Sheinbaum, porque en 2020 es quien lo hizo peor en la estrategia vs el COVID, tal como analizamos ayer.

 

En efecto: en CDMX hubo 32 muertos por cada 10 mil habitantes, la tasa más alta del país, lo que detonó tanto en términos netos como en porcentuales que la capital de México aportara la mayor tasa de defunción.

 

En ese sentido, apuntalar a Sheinbaum en la carrera presidencial es urgente, especialmente luego del derrumbe de la Línea 12 del Metro y el desplome de Morena en la mitad de las delegaciones de la CDMX.

 

Más vacunas le dan más vida futura a la candidatura presidencial de la Jefa de Gobierno. Y ahí se ve un sesgo político. Tiene explicación, aunque esta explicación no guste a los poblanos.

 

Pero sí: mirando a otros estados de la República se acaban las explicaciones y surgen las preguntas de los favoritismos.

 

¿Cuál es la razón para privilegiar a Baja California, Sinaloa, Chihuahua, Baja California Sur? Todos esos estados tienen arriba del 70 por ciento de su población por lo menos con una dosis.

 

¿A Yucatán, Zacatecas, Quintana Roo, que tienen arriba del 60 por ciento de su población con una dosis?

 

¿Cuál es la razón del castigo a los poblanos?

 

¿Que Morena perdió Puebla capital y la zona conurbada?

 

¿Es resultado de las grillas de Abdala y otros actores nacionales?

 

¿Es la venganza de Gatell por salirnos de los lineamientos en 2020?

 

¿Tienen guardadas 19 millones de dosis en Birmex?

 

¿Por qué no liberan para acabar de vacunar a cincuentañeros, cuarentones y treintenos en Puebla capital?

 

En verdad que no hay explicación.