Yo no imagino el nombre del valiente o la valiente que busque convertirse en el candidato de Morena a la alcaldía de Puebla capital en 2024, pues su reto luce descomunal: reponer los más de 180 mil votos que perdió Claudia Rivera Vivanco en su trienio fallido. 

 

¿Cómo volverán a convencer a casi 200 mil poblanos tan decepcionados de la 4T?

 

En los siguientes dos años, Morena tiene una tarea titánica para encontrar un candidato a la alcaldía que pueda sumarle votos en 2024 a quien sea el candidato a gobernador. Y a excepción de Nora Merino o Gabriel Biestro, no se ve a nadie con los tamaños ni con las posibilidades de construir un discurso de oposición al proyecto del PRIAN.

 

Todo Puebla da por sentado que Eduardo Rivera Pérez no buscará la reelección a la alcaldía porque ya se encuentra demasiado embarcado en el proyecto de la gubernatura 2024, y aunque tiene muchas resistencias al interior del PAN, igual que ocurrió en 2021, no va a tener problemas para vencerlas.

 

Pero en todo baile, se necesita una pareja. Si Eduardo Rivera va por la gubernatura, ¿quién del PRIAN irá por la alcaldía de la capital? 

 

El primer tirador se encuentra a la vista. Se trata de Mario Riestra Piña, quien ya fue diputado local por la Angelópolis en 2010, perdió el Senado en 2018, pero ganó la diputación federal en 2021. Tiene el camino abierto porque tiene todo el perfil que le gusta al electorado poblano. Desde el hecho de que es güerito y tiene la foto familiar perfecta.

 

Una dupla a la gubernatura-alcaldía Lalo Rivera-Mario Riestra, a vuelo de pájaro, suena bastante competitiva para 2024.

 

Y quien sea el candidato de Morena a la gubernatura ―Armenta, Nacho Mier― necesita su pareja de baile que le sume votos en la alcaldía que representa el 40 por ciento del electorado estatal. ¿Con quién pueden compaginar? ¿Quién les puede sumar?

 

En 2018, Claudia ganó con casi 360 mil votos, y en tres años sólo obtuvo 180 mil por su reelección. Es decir, Morena perdió la mitad de sus votantes… y eso hasta el día de la elección que arrasó Lalo Rivera.

 

El socavón de Claudia, desde entonces, sigue creciendo y es probable que Morena haya perdido todavía más votantes desde ese día, pues la alcaldesa, que regresó tras la derrota, profundiza todos los días los hechos y causas que la llevaron a ser el edil más aborrecido de la historia.

 

Desde la derrota, Claudia acumula más desastres: las compras de pánico, las obras mal hechas, la cancelación de Amalucan, la renuncia del tesorero Armando Morales, una delincuencia desatada, los semáforos inútiles de San Manuel y tantos hechos más.

 

Pero Rivera Vivanco no para y todos los días hace algo para agraviar a los poblanos. Por ejemplo, usar ayer al Palacio Municipal como salón de bodas gay, para lo que se gastó medio millón de pesos.

 

Para el poblano tradicional, si bien está abierto a todas las expresiones de la sexualidad y los roles de género, tampoco es devoto a esa pluralidad. Y mucho menos a que un inmueble público e histórico como el Palacio Municipal se ocupe para ese fin.

 

A Claudia ya sólo le quedan 38 días en el poder, la pesadilla se acaba, pero todavía vendrá un período de turbulencia en el que ella y varios de sus colaboradores serán colocados en el paredón porque los poblanos claman sangre y Lalo Rivera, por más institucional que sea, tendrá que entregar a varios colaboradores de la alcaldes a los leones.

 

La persecución de Claudia es inevitable y nadie en Morena la va a defender, pero con ello el partido de la 4T seguirá pagando los pecados de la alcaldesa fallida y todos sus funcionarios cercanos, quienes no tendrán un lugar para guarecerse del diluvio que se avecina.

 

Contra el recuerdo de Claudia tendrá que luchar el próximo candidato a la alcaldía de Morena. ¿Quién es el o la valiente, querides compañeres?