Hasta el jueves por la noche, Genoveva Huerta tenía ganada la reelección por la dirigencia estatal del PAN. Hoy, sin embargo, la situación es diferente y se encuentra vs las cuerdas, pese a las nueve mil firmas que presentó para su registro.
De última hora, Eduardo Rivera logró una confluencia de aliados que ponen en competencia a Augusta Díaz de Rivera y a Marcos Castro, quien nunca dejó de trabajar la fórmula pese a la decisión del CEN de Marko Cortés respecto a designar a una mujer la dirigencia de Puebla.
¿Cuál fue la llave para voltear la situación?
Que Lalo Rivera logró unir los cuatro padrones municipales más grandes en torno a la fórmula ‘Tití’-Marcos: ya tenía a Puebla —naturalmente— de la mano de Jesús Zaldívar, pero en esas últimas horas logró convencer a Edmundo Tlatehui de incorporarse al proyecto al ofrecerle una posición en la planilla a su esposa Guadalupe Cuatle.
A ese barco ganador también su sumó Jorge Gómez Carranco, el operador de la campaña de Paola Angón en San Pedro Cholula, la alcaldesa que naufraga todavía entre diseñar un gobierno exitoso o aferrarse a los prejuicios de Jorge David Rosas Armijo.
Por último, el panismo de Tehuacán también se sumó a la planilla de Augusta-Marcos a través de Mari Carmen Culebro. Ese panismo se unió en torno a Lalo porque quieren cobrarle a Augusta la imposición de Jacobo Aguilar como candidato a alcalde de Tehuacán. Con esa postulación, ni siquiera tuvieron opción de competir.
¿Cómo puede ganar Genoveva si tiene en contra los cuatro padrones principales del estado: Puebla, San Andrés, Tehuacán y San Pedro?
¿Qué trae Genoveva en este momento?
El apoyo de Marko Cortes, sin duda, tendrá una prueba de fuego el próximo viernes cuando deba acudir a la toma de protesta de Lalo Rivera en el Centro Expositor. Formalmente deberá ser acompañado por Jesús Giles, quien asumió la dirigencia estatal de manera interina.
Si Marko Cortés se ausenta de la toma de protesta —pese a que ya está confirmado— será la señal para que el panismo se vuelve con Genoveva. Pero si acude, será la señal de que cada panista puede tomar el camino que quiera.
El problema de la también diputada federal es que su alianza con Jorge Aguilar Chedraui no es tan productiva porque el ex secretario de Salud puso de representante a un Don Nadie. JACH es irrastreable por miedo a una acción judicial en su contra, y prefiere actuar a tras mano y hacer público su apoyo sólo en redes sociales. Pero ayer no se apareció en el registro.
¿De qué sirve un respaldo que no da la cara? ¿Qué tipo de alianza es esa? ¿Netamente financiera?
¿Qué otra alianza importante trae Genoveva?
La esposa de Filomeno Sarmierto —edil electo de Cuautlancingo— y el impresentable Inés Saturnino en una decisión incomprensible e inconfesable. Precisamente Genoveva le negó la candidatura al edil de Tecamachalco por su presencia insoportable y mala fama pública, lo que obligó a Inés a ser candidato del huachipartido PSI.
Pese a esa mala fama, ¿Genoveva lo regresa al PAN y además lo hace integrante de su planilla? Ese movimiento carece cualquier lógica.
Por supuesto, si nos atenemos a las nueve mil firmas presentadas ayer por Genoveva, contra las seis mil presentadas por Augusta, pues ya hay relección que tendría que empezar a festejar su equipo, comenzando por Lalo Alcántara y los diputados locales.
Pero si eso fuera cierto, ya votaron 15 mil panistas de los 19 mil 500 que tiene el padrón. O sea, en la interna habrá una inusitada participación del 77 por ciento del padrón, lo que indica que alguien mintió y alteró las firmas, tal como sugerían algunos medios ayer.
¿Se prepara un chanchullo, un cochinero, en la interna panista?
Lo cierto es que la fórmula ‘Tití’-Marcos Castro entró en competencia porque tiene el apoyo de los dos alcaldes más poderosos del estado, y ya tiene en contra a los padrones de San Pedro Cholula y Tehuacán.
Ahora Genoveva tendrá que demostrar de qué está hecha.
