Hasta que no haya acciones contundentes ni denuncias penales, todas las quejas de Lalo Rivera sobre el estado en que recibe el gobierno municipal suenan a pretextos o subterfugios para cubrir decisiones anómalas.

 

Ahora resulta que cuatro meses después de transición, 7 reuniones de equipos de entrega-recepcion y casi veinte días de gobierno, el alcalde Rivera y su tesorera “descubrieron” el saqueo del erario municipal perpetrado por Claudia Rivera.

 

¿Por qué en su momento, durante la transición, no evidenció con firmeza ese saqueo, si precisamente los medios de comunicación dábamos cuenta de las compras de pánico en los últimos meses de la alcaldesa, así como la contratación de obras exprés?

 

Los escándalos financieros de los últimos meses derivaron en la renuncia de Armando Morales y la llegada de Leobardo Juárez.

 

El desastre financiero del gobierno municipal y su quiebra era previsible, pero el alcalde y su equipo nunca lo denunciaron y hasta aceptaron pactar la transición más onerosa de la historia: casi 20 millones de pesos.

 

La historia se agrava ahora que el panista Eduardo Alcántara denuncia que en ese periodo el edil incorporó al erario municipal a 100 personas, entre ellas operadores del partido que ahora trabajan en el proceso interno del albiazul en el equipo de Augusta y Marcos Castro. Todos ellos comenzaron a cobrar, aunque todavía se desconoce el monto de sus sueldos.

 

Hasta el gobernador Barbosa puso el grito en el cielo por esa onerosa transición que parecía un acto de complicidad entre el gobierno saliente y el entrante.

 

Pero ahora resulta que no hay dinero ni para tapar baches y nadie del equipo designado por el edil, comenzado por Matías Rivero, se enteró del desfalco. Pero eso sí, muchos panistas entraron a cobrar sueldazos.

 

Lo peor es que nadie duda del saqueo ordenado por Claudia Rivero, operado primero por Armando Morales y continuado después por Leobardo Juárez, pero en vez de una medida firme como denuncias penales, todo se queda en que “la Contraloría investigará”.

 

Eso y nada es lo mismo, por lo que todo suena a pretexto para contratar un crédito bancario de la misma forma que lo hizo Paola Angón, quien también “descubrió” un saqueo en San Pedro Cholula, aunque Luis Alberto Arriaga es su compita.

 

Con ese pretexto, Angón se despachó con la cuchara grande y pidió 31 millones de pesos.

 

Con el argumento del saqueo financiero, ¿cuánto dinero y a qué plazo y a qué tasa de interés contratará la nueva Tesorera por órdenes del alcalde? ¿Cuáles son las opciones bancarias?

 

El operador del saqueo claudista, lejos de quedarse callado, Leobardo Juárez, retó al alcalde al afirmar que puede debatir y probar que se quedaron en caja alrededor de 280 millones de pesos de libre disposición, porque el cash neto en cuentas llega a los 700 millones.

 

¿Quien tiene razón?

 

Si el saqueo está confirmado, ¿por qué el alcalde no presenta denuncias penales en vez de ordenar tibias investigaciones de la Contraloría?

 

Puebla no está para escenificaciones, simulaciones y tibiezas.

 

Si hay un desfalco financiero, que se denuncie penalmente.

 

Puebla exige castigo contra el claudismo y acciones contundentes reales.

 

La ventana de tiempo del edil Rivera comienza a acortarse para dar resultados.

 

La explosión de Xochimehuacan y la permanencia de Ariza Salvatori en Protección Civil le quita mucho margen, pues comienza a notarse un tufo de complicidad con la administración de Claudia Rivera.

 

Y eso no lo vamos a tolerar los poblanos.