Viernes, 19 de Abril del 2024
Miércoles, 15 Diciembre 2021 03:39

Reflexiones sobre el Tercer Año de Barbosa

Reflexiones sobre el Tercer Año de Barbosa Escrito Por :   Arturo Rueda

El dato comparado es sorprendente: mientras que la pandemia derrumbó economías y liderazgos por todo el mundo, Luis Miguel Barbosa es una de esas raras avis de la política que con la pandemia se fortaleció en vez de debilitarse.  Conforme a los datos de esa encuesta, en estos meses críticos su liderazgo creció 23 puntos y mejoró 11 posiciones en el ranking nacional de gobernadores.


 

En abril de 2020, al arranque de la pandemia, el gobernador Luis Miguel Barbosa aparecía en la encuesta de México Elige como el tercer peor gobernador del país, apenas con 27.7 por ciento de aprobación. En la misma encuesta difundida hace unos días, correspondiente a diciembre de 2021, aparece en el lugar 19 con 50 por ciento de aprobación.

 

El dato comparado es sorprendente: mientras que la pandemia derrumbó economías y liderazgos por todo el mundo, Luis Miguel Barbosa es una de esas raras avis de la política que con la pandemia se fortaleció en vez de debilitarse.

 

Conforme a los datos de esa encuesta, en estos meses críticos su liderazgo creció 23 puntos y mejoró 11 posiciones en el ranking nacional de gobernadores.

 

Esa mejora lo dice todo con respecto a su III Informe: Barbosa avanza en el tiempo, y en vez de desgastarse, su gobierno es mejor apreciado por sus gobernados.

 

Su estrategia de gobernar la pandemia con conferencias mañaneras y decretos, así como el cúmulo de decisiones complejas, le da un amplio éxito. Es innegable, y sólo los ciegos o los mezquinos pueden descalificarlo.

 

En tiempos de crisis, el gobernador se echó para adelante y se creció a las dificultades.

 

El 2021 ha sido un año repleto de triunfos políticos para Luis Miguel Barbosa que, por razones lógicas, no ocuparon espacio en el discurso del III Informe.

 

En ese tiempo, todos sus enemigos políticos desaparecieron o se redujeron a su natural tamaño de pequeñez. Prácticamente nadie ha sobrevivido al choque con el gobernador y casi todos han desocupado los espacios políticos que les daban cierta notoriedad.

 

Ningún triunfo gozado como la aplastante derrota electoral de Claudia Rivera en la reelección por la capital para darle la alcaldía a Eduardo Rivera, con quien evidencia un trabajo colaborativo por afinidad.

 

Desapareció prófugo primero José Juan Espinosa, antes vociferante, y prófugo se fue también Alfonso Esparza, quemado por sus manejos oscuros y abusivos en las finanzas de la BUAP.

 

Fernando Manzanilla se quedó sin partido político, no alcanzó ni el tres por ciento y con eso redujo cualquier intento de labrar un futuro en el 2024. Perdió el soberbio que daba lecciones de cómo hacer política.

 

A unas horas del resultado electoral del 2021, Alejandro Armenta corrió a tomarse la foto con cara de puchero.

 

La derrota de Pablo Salazar en la candidatura a la diputación por Cholula resultó dolorosa por los daños colaterales, pero es un gusto culposo sabroso como una cereza.

 

Del morenovallismo no queda nada, pues Eukid sigue en la cárcel, y el dúo Genoveva-JACH no pudieron retener el control del PAN estatal.

 

Esa marca política ya se extinguió, y el ex gobernador Gali es una figura fantasmal que se mueve en la oscuridad, sin atreverse a dar la cara.

 

Barbosa acabó con sus enemigos políticos mientras conducía el desafío de la pandemia, de la inseguridad y del desplome económico. Un mar embravecido.

 

A la primera la derrotó con solvencia con la inversión de 4 mil millones de pesos y un descubrimiento afortunado: el doctor Martínez como titular de Salud.

 

Aunque Puebla es el quinto estado más poblado del país, su número de defunciones por Covid lo coloca en la posición 21 del ranking nacional que lidera la CDMX con una tasa de 32 muertes por coronavirus por cada 10 mil habitantes.

 

Nuestro estado, Puebla, sólo tuvo 13 defunciones por cada 10 mil habitantes.

 

En pocas palabras: Puebla tuvo menos muertes por Covid de las que debería haber tenido por su tamaño poblacional. Y eso, sin duda, es un gran triunfo resultado de los decretos que Barbosa comenzó a emitir en marzo de 2020. Aportó sólo el cuatro por ciento del total nacional de muertos en 2020.

 

Todavía en agosto, Puebla era el segundo peor estado en materia de vacunación, y al cierre del año, trepó a los primeros lugares gracias a su exigencia diaria de dosis a Salud federal.

 

Los delitos de alto impacto disminuyeron con consistencia, en especial los homicidios, los robos y el secuestro. En el recuento hemerográfico, este año hay menos feminicidios que en 2020 y 2019, aunque más casos de violencia intrafamiliar derivado de la pandemia.

 

La reactivación económica es la tarea más importante del momento.

 

¿Alguien le puede regatear sus triunfos?

 

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