En la medición de 2010 realizada por el Coneval acerca de la pobreza en municipios, cuatro de ellos lideraron ese ranking del oprobio: Iztapalapa, Ecatepec, León y Puebla.
Cinco años después, en la medición correspondiente a 2015, en distinto orden volvieron a aparecer los mismos cuatro municipios: Ecatepec, Puebla, Iztapalapa y León.
Y otros cinco años, en la medición ya correspondiente a 2020 y que fue dada a conocer ayer, en diferente orden vuelven a aparecer esos mismos cuatro municipios: León, Iztapalapa, Ecatepec y Puebla.
¿Qué podemos concluir de este hecho?
Que el combate a la pobreza, gobierne quien gobierne y represente al partido que gobierne, es una total simulación, pues en la última década no se observa ningún avance y sólo estancamiento. Pobreza contenida en el mejor de los términos, pero ninguna mejora sustancial en el nivel de vida.
Todo el dinero en la última década se fue a los bolsillos de los corruptos, no de los pobres. La desigualdad se sostiene en funcionarios hampones que han desempeñado cargos con los mejores discursos pero las peores intenciones.
Este problema estructural no depende de partidos o de colores.
Iztapalapa, en la última década, fue gobernada por la izquierda: primero la del PRD y luego la de Morena, pero todos identificados con el proyecto de la 4T.
León, corazón del bajío, es uno de los lugares emblemáticos de Acción Nacional, la fuerza de la que emana el albiazul en Guanajuato. En la última década, ese partido ha gobernado el municipio a excepción del trienio 2012-2015 con Bárbara Botello del PRI.
A Ecatepec ahora lo gobierna Morena con Fernando Vilchis, reelecto, pero antes tuvo a puros priistas, entre ellos Eruviel Villegas que salió disparado de ahí a ser gobernador del Estado de México.
¿Y Puebla?
Pues a Eduardo Rivera del PAN —en su primera etapa—, a los morenovallistas ‘Tony’ Gali Fayad-Luis Banck, luego a la morenista Claudia Rivera y otra vez a Eduardo Rivera ahora del PRIAN.
Aunque el electorado de Puebla se muestra bastante sofisticado, pues lo mismo ha pasado del PRI, al PAN, a Morena y de vuelta al PRIAN, nadie ha obtenido resultados concretos en la materia, pues cifras más o cifras menos, en la Angelópolis se mantiene en los 700 mil poblanos pobres.
Si en el censo de 2020 Puebla capital aparece con un millón 692 mil habitantes, significa que el 42 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza.
En términos netos, hubo una reducción de 20 mil pobres respecto de la medición anterior. Unas décimas, aunque en términos porcentuales quizá el avance es un poco mayor.
Pero la realidad es el estancamiento: nada de los que han hecho los últimos gobiernos estatales y municipales han tenido un impacto trascendente en mejorar las condiciones de vida de los poblanos. La pobreza urbana es una gran realidad.
¿Tendrá Eduardo Rivera una mejor idea respecto de lo que hizo hace una década?
Eso esperamos.
