Jueves, 28 de Marzo del 2024
Jueves, 06 Enero 2022 02:55

La aduana del 2024

La aduana del 2024 Escrito Por :   Arturo Rueda

El ‘dedo divino’ ha revivido, como en los tiempos de la Presidencia Imperial, y ese dedo va a designar al candidato de Morena a gobernador en 2024. Lo sabe el gobernador Barbosa, y lo saben todos los involucrados: la decisión se va a tomar en Palacio Nacional, no en Casa Aguayo.


 

Si la fantasiosa versión de que Eduardo Rivera Pérez era el candidato de Luis Miguel Barbosa a la sucesión de 2024 se derrumbó la madrugada del 24 de diciembre en el Congreso, ¿quién es la carta del gobernador para enfrentar el momento supremo de la política, el pase de la estafeta? ¿Si tiene alguna escondida, tiene tiempo suficiente para impulsarla?

 

A diferencia de lo ocurrido en los últimos 20 años, cuando el centralismo asfixiante dio paso a gobernadores con poder de elegir o imponer a su sucesor, rumbo a 2024 no se vislumbra que eso pueda ocurrir en Puebla.

 

En 1998, Manuel Bartlett tenía un favorito sentimental en José Luis Flores, pero abrió el proceso interno en el PRI y no movió nada para impedir que Melquiades Morales Flores lo aplastara en esa contienda tricolor.

 

En 2003, Melquiades fue perdiendo sus cartas naturales por diferentes circunstancias —Rafa Cañedo se murió, Carlos Alberto Julián perdió la alcaldía, Germán Sierra no garantizaba el triunfo y Moreno Valle era incontrolable— por lo que por descarte terminó allanándose a la figura de Mario Marín.

 

En 2010, Mario Marín eligió erróneamente a Javier López Zavala, quien siempre fue su delfín in pectore, pero que perdió contra Rafael Moreno Valle. El ‘góber precioso’ se quedó con las manos vacías, a la deriva del destino, y dieciséis años después de perder el poder, perdió la libertad.

 

En 2016 Rafael Moreno Valle se convirtió en el primer gobernador en poner gobernador: primero hizo edil a Antonio Gali Fayad y después mini gobernador de un efímero periodo de un año 8 meses que sirvieran de puente para, ahora, colocar a su esposa Martha Erika Alonso.

 

Llevado por las circunstancias a cumplir el sueño de su vida, Guillermo Pacheco Pulido en su papel de interino no intervino, pero dejó hacer para que las estructuras gubernamentales se alinearan al proyecto de Barbosa.

 

Y ahora, llegamos al momento en que todos los futuristas comienzan a mirar hacia el 2024.

 

Lo primero que hay que decir es que, nuevamente, lo nacional prima sobre lo local: aunque el modelo de Morena respeta la ‘voluntad popular’ a través de las encuestas, para nadie es un secreto que Andrés Manuel López Obrador maniobra a través de la fantasmal Comisión de Elecciones de su partido. Y que nadie más mete mano.

 

El ‘dedo divino’ ha revivido, como en los tiempos de la Presidencia Imperial, y ese dedo va a designar al candidato de Morena a gobernador en 2024.

 

Lo sabe el gobernador Barbosa, y lo saben todos los involucrados: la decisión se va a tomar en Palacio Nacional, no en Casa Aguayo.

 

Pero habrá dos circunstancias importantes que modificarán la decisión: para septiembre de 2023, AMLO tendrá que elegir entre Marcelo Ebrard o Claudia Sheinbaum, y eso modificará la ruta de Puebla, pues ambos presidenciables se sentarán a la mesa de las negociaciones y del reparto del pastel.

 

Así que la decisión estará en manos de AMLO, y luego consultará con su delfín o delfina sobre quién será el candidato de Puebla.

 

La segunda circunstancia será la definición de género, y en ese eje cobra importancia que Claudia Rivera haya perdido en 2021, pues si se hubiera reelecto, era evidente que el género la beneficiaria.

 

Pero en el horizonte no se ve ninguna mujer en Morena, por lo que es seguro que la Comisión Nacional de Elecciones designará género hombre, y ahí solo hay dos para escoger: Alejandro Armenta e Ignacio Mier.

 

¿Qué papel jugará el gobernador Barbosa en todo esto?

 

Será como él mismo se ve y lo reveló en alguna de sus entrevistas con Mario Alberto: la aduana.

 

¿Y qué es la aduana?

 

El puesto que permite el paso de mercancías y establece el pago por ese ingreso…o salida. El que establece el arancel…o la gratuidad.

 

Si esta metáfora es elocuente… ¿qué cobrará Barbosa por el paso del candidato designado por Palacio Nacional?

 

¿O a quien permitirá que pase libre de aranceles?

 

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