Martes, 16 de Abril del 2024
Lunes, 10 Enero 2022 01:47

Pendenciero y agorero del desastre

Pendenciero y agorero del desastre Escrito Por :   Arturo Rueda

Ricardo Monreal es el principal agente desestabilizador de la sucesión adelantada de Andrés Manuel. “Va a terminar mal”, profetiza el líder de los Senadores en su ruta de la ruptura con el presidente. ¿Qué es eso de que va a “terminar mal”? ¿Que antes de 2024, Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard pueden terminar asesinados, como Colosio hace veinte años?


 

No hay sucesión presidencial que no sea traumática, y la peor de todas es la de 1994 que culminó con el magnicidio de Luis Donaldo Colosio. En ese año, los factores de desestabilización al interior del PRI, lo que Salinas llamaba la nomenklatura, jugaron a romper por fuera ante el absolutismo del dedazo salinista. Y lo hicieron por las malas.

 

La sucesión de López Obrador está en marcha y no se ve menos traumática por más que Morena se encuentre muy adelante en las preferencia electorales sobre el PRIAN.

 

Ahora, Ricardo Monreal es el principal agente desestabilizador de la sucesión adelantada de Andrés Manuel. “Va a terminar mal”, profetiza el líder de los Senadores en su ruta de la ruptura con el Presidente.

 

¿Qué es eso de que va a “terminar mal”? ¿Que antes de 2024, Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard pueden terminar asesinados, como Colosio hace veinte años? ¿Que se avecina una crisis política de nivel magnicidio? ¿Qué es “terminar mal”?

 

Ricardo Monreal acumula seis meses en la Antártida del afecto presidencial, y con declaraciones cada vez más rupturistas -como las de ayer con Reforma y Proceso- pretende forzar su inclusión en la sucesión presidencial.

 

Consecuencia de ese congelamiento, su mano derecha fue detenido en Veracruz bajo el cargo de homicidio calificado. Andrés Manuel avaló esa detención, se puso del lado del gobernador Cuitláhuac -es incapaz de una infamia, dijo- y pese al ‘berrinchazo’ de Monreal, José Manuel del Río Virgen fue vinculado a proceso, lo que significa que se va a quedar en prisión un buen tiempo.

 

Después de eso, Monreal se puso en guerra vs todos. Y cuando se escribe ‘todos’, también se incluye al presidente y al gobernador de Veracruz.

 

Hace unos meses, cuando el distanciamiento con el presidente todavía no era evidente, Monreal se refugió aquí en Puebla, donde fue hospedado por el gobernador Barbosa y su grupo político para presentar un libro de contenido intrascendente.

 

Fue en esa época que comenzó el invierno entre Ignacio Mier y Luis Miguel Barbosa, cuyo origen todavía no se ha explicado. Pero en el primer círculo de Casa Aguayo eran muchos los que alentaban un enfrentamiento contra el coordinador de los diputados federales de Morena.

 

Aplaudían rabiosamente cada vez surgían expresiones en ese sentido.

 

Pero visto lo que ocurre entre Monreal y el gobernador de Veracruz, esos enfrentamientos son altamente perjudiciales. Todos salen perdiendo, aunque casi siempre alguien pierde más que el otro.

 

Monreal forzó a AMLO a pronunciarse, y cuando el presidente avaló la actuación de Cuitláhuac, terminó por descobijar todavía más a Monreal, al mismo tiempo que le dio toda la fuerza al góber de Veracruz para proceder contra José Manuel del Río.

 

De momento, Monreal es un paria que estira la liga que en cualquier momento se va a romper, porque se ha convertido en un profeta del desastre, además de un agente desestabilizador.

 

Algo así habría ocurrido de continuar el pleito Mier-Barbosa: en algún momento, la liga se iba a romper y el ligazo le iba a pegar a ambos cuando AMLO tuviera que elegir un bando.

 

Afortunadamente no ocurrió así: tanto Mier como Barbosa son soldados del presidente, y desde su trinchera, cada uno suma a que la sucesión presidencial de 2024 y los proyectos del presidente López Obrador avancen por el cauce adecuado.

 

Lo otro, la actitud pendenciera de Monreal, lo alejará cada vez más de su objetivo.

 

Ningún agorero del desastre y mucho menos pendenciero interminable ha llegado a la meta.

 

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