Si la sucesión presidencial fue abierta por el propio López Obrador, quien respondió a Monreal que se acabó el tiempo de los ‘dedazos’ y ‘tapados’, la sucesión en Puebla corre a toda velocidad y es tiempo de mover piezas de cara al futuro.

 

En esa lógica debe entenderse el regreso de Gabriel Biestro al primer círculo del gobernador Barbosa, pues no sólo se trata de su soldado más leal, sino además del único cuadro con posicionamiento electoral real en Morena.

 

El ex diputado local, conforme a todas las encuestas, era el candidato más competitivo de Morena, pero le robaron la nominación para darle a Claudia Rivera la posibilidad de reelegirse. Si Biestro hubiera sido el candidato, la batalla contra Lalo Rivera no habría sido tan desequilibrada y el resultado, quizá, hubiera sido otro.

 

 

Pero la élite nacional de Morena tenía que satisfacer las ambiciones de Eloisa Vivanco para que en la Comisión de Honor y Justicia avalara todas las movidas de Mario Delgado y compañía.

 

Después de dejar el cargo de diputado, Biestro decidió no regresar a la curul y se puso a trabajar en las calles para ganar en el distrito 10 la reelección de Nora Merino. Lo lograron, pero después entró en un vacío donde sonaba por igual el ‘runrún’ de que iría al gabinete de Barbosa como que estaban distanciados.

 

Todavía Biestro aguantó una mini andanada mediática desde el Congreso local, pues algunas plumas lo acusaron -sin pruebas- de irregularidades durante su periodo. El ex líder de Morena respondió puntual, pero mantuvo su lealtad.

 

Previo a su designación como integrante del gabinete, Biestro reapareció de la mano del gobernador en la comida con directores de medios de comunicación. Ahí, como parte del discurso, el gobernador le refrendó su lealtad y conminó a uno de los columnistas presentes a que arreglara sus diferencias con el ex diputado.

 

Ayer el ‘runrún’ terminó y asumió la Secretaría del Trabajo en sustitución de Abelardo Cuéllar, que no hizo mucho salvo aceptar las indemnizaciones de los burócratas despedidos en el sexenio de Moreno Valle, caso que él mismo litigaba y después resolvió como secretario.

 

De ninguna manera es sorpresiva la designación, pues el gobernador Barbosa necesita hacer acopio de figuras que puedan tener trascendencia electoral y que sean fichas de negociación en 2024.

 

Hace un par de días hablábamos de dos cuadros en movimiento: Sergio Salomón Céspedes y la titular de Desarrollo Económico, Olivia Salomón. Como no hay dos sin tres, Gabriel Biestro regresa a escena para jugar su papel.

 

¿Y cuál es su papel?

 

El más previsible es continuar la tarea inconclusa en 2021: buscar la candidatura a la alcaldía de Puebla capital. Durante todo ese periodo de semi-ostracismo, Biestro no dejó de recorrer calles y reunirse con las bases de Morena, lo que mejor sabe hacer.

 

Habrá que medirlo en una encuesta, pero de entrada con poco volverá a ser competitivo, de tal manera que se convertirá en el primer candidato a la alcaldía, por encima de cualquier otro grupo.

 

Pero también puede buscar el Senado, o incluso regresar al Congreso local.

 

Pero de que tiene boleto, lo tiene.

 

Bienvenido al ruedo, Gabriel Biestro