Jueves, 02 de Mayo del 2024
Lunes, 14 Febrero 2022 01:46

AMLO está perdiendo la guerra de la desinformación

AMLO está perdiendo la guerra de la desinformación Escrito Por :   Arturo Rueda

En una guerra de desinformación, cuestionar la ética del periodista que la divulga no conduce a ningún lado. Si la información es sólida, las acusaciones de “chayotero”, “vendido”, “tlacoyero” o “empleado de intereses económicos” no causa ningún impacto en la opinión pública. En otras palabras: para descalificar el reportaje de Loret de Mola se necesitaba información, no meterse a discusión de una dimensión moral inexistente en la lucha por el poder.


 

Bajo advertencia no hay engaño. Hace menos de una semana escribí que el país entraba en zona de turbulencia de aquí al 10 de abril, fecha de la consulta para la revocación de mandato de Andrés Manuel López Obrador, pues el PRIAN y sus intereses económicos iban a ‘echar su resto’ para tratar de conseguir un resultado apretado, sin gran margen de victoria para la 4T. Abrir una brecha de duda en el electorado.

 

Lo han conseguido. A medias, entre la desinformación y la histeria, Andrés Manuel ha perdido el segmento de los votantes de clase media que se expresan en las redes sociales y que, en 2018, estaban de su lado. Ya no lo están. Quedan algunos, pero el blindaje se rompió el viernes.

 

Una encuesta en mis redes sociales, tras el lamentable episodio en que divulgó los supuestos ingresos de Carlos Loret de Mola, 75% se decantó por darle la razón al periodista y apenas un 25% al presidente.

 

La ecuación se ha modificado en esa arena, la de las redes sociales, donde dominó la histeria del PRIANISMO que elevó a Carlos Loret de Mola a mártir de la libertad de expresión y que detonó una inmensa felicidad de ese segmento por convocar a 60 mil personajes de toda índole en un mitin virtual en Twitter bajó la etiqueta #TodosSomosLoret.

 

Pues no, no lo somos.

 

No conozco a nadie en el gremio que gane 35 millones de pesos al año.

 

Tampoco conozco un medio digital de reciente creación como Latinus que tenga tanto dinero como para pagar sueldos elevados de figuras como el propio Loret o Victor Trujillo, y que sin vender publicidad, disponga de recursos millonarios para pautar en Facebook o YouTube.

 

¿De dónde se financia Latinus, de dónde se financia Loret?

 

Hacia allá quiso dirigir la mirada AMLO en esa mañera del viernes. Por supuesto, lo hizo de pésima manera. No era así.

 

Andrés Manuel está envuelto en una guerra de desinformación sin nadie que lo ayude. Jesús Ramírez Cuevas, el director de comunicación social, es un propagandista pero no un maestro de la desinformación. Loret sí lo es.

 

En su reportaje sobre José Ramón Beltrán, producto del espionaje de organizaciones económicas, Loret de Mola nunca afirmó que la renta de la casa en Houston era resultado de la corrupción, pero dejó plantada la duda: ¿de qué vive el hijo del presidente en Estados Unidos para tener ese nivel de vida?

 

Esa fue una típica operación de desinformación: una mezcla de verdades con mentiras. Una historia con huecos que pueden ser llenados de mil maneras. Y la que el equipo de comunicación de AMLO respondió de la peor manera: quisieron llevar al periodista al campo de la ética, una forma típica de ver el campo comunicacional de alguien por perfil limitado como Ramírez Cuevas. Honestos vs corruptos.

 

No funcionó porque esa es precisamente la disputa: que AMLO —o sus hijos— no son tan honestos.

 

En una guerra de desinformación, cuestionar la ética del periodista que la divulga no conduce a ningún lado. Si la información es sólida, las acusaciones de “chayotero”, “vendido”, “tlacoyero” o “empleado de intereses económicos” no causa ningún impacto en la opinión pública.

 

En otras palabras: para descalificar el reportaje de Loret de Mola se necesitaba información, no meterse a discusión de una dimensión moral inexistente en la lucha por el poder. Quisieron descalificar al mensajero, pero el mensajero no es el problema, sino la información.

 

Lo dice cualquier manual de tácticas de desinformación: hay que llenar los huecos, algo que no pudieron hacer en dos semanas. Y todavía no pueden hacerlo. Loret, Latinus y los intereses económicos o políticos, siguen ganando la guerra.

 

¿Por qué no respondieron de manera adecuada? Ya sea por “desprecio moral” al ‘chayotero’, porque no hay forma de comprobar los ingresos de José Ramón o los pagos de la renta de la residencia de Houston, o simplemente porque sí hay corrupción. Y en ese silencio, los huecos fueron llenados en el ataque visceral del presidente contra el mensajero.

 

El resultado de la falta de talento para una guerra de este tipo es que AMLO se sigue desangrando en las redes sociales.

 

El problema está en el tipo de comunicación y comunicadores que asesoran al presidente. No conozco antecedente de que un propagandista como Ramírez Cuevas sea capaz de ganar en la nada sutil guerra de la desinformación.

 

Lo que necesita AMLO es un rudo, un marrano. Un general de la desinformación.

 

Alguien del nivel de Loret, vaya.

 

Porque con ética no se conquista el poder.  

 

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