El sistema hospitalario de Puebla ya resistió una, dos y tres oleadas. Y aunque los datos posicionan a la entidad como la que tiene en este momento la más alta ocupación del país en la cuarta oleada, también va a resistir, pues la cantidad de pacientes internados no se acerca ni se acercará a los peores momentos de esas tres primeras oleadas.
En un mes, la ocupación hospitalaria de Puebla pasó de menos de 100 hospitalizados a los 363 reportados ayer. Son nueve nosocomios prácticamente al 100% según datos de Salud federal: los del Sur y Norte en la capital, así como los generales de Teziutlán, Tehuacán, Izúcar, Atlixco, Huejotzingo, el CESSA de Cholula y el IMSS de Tehuacán.
Pero en los peores momentos de la segunda y tercera oleada, se superaron los mil hospitalizados, lo que obligó a reconversiones de urgencia que ampliaron esa capacidad en otras 400 camas, pues el colapso se quedó a nada de ocurrir.
La excelente gestión del Dr. Martínez en SSA estatal, así como la orden del gobernador Barbosa de comprar todos los insumos necesarios y reparar ventiladores mecánicos, permitieron que la red de hospitales públicos de la entidad resistiera.
Y aun así, la cantidad de muertos es tremenda. Las cifras oficiales indican que murieron poco más de 10 mil poblanos a causa del Covid en 2021, pero de acuerdo con los reportes del exceso de mortalidad de SSA federal, en realidad fueron 32 mil por causas asociadas a la pandemia.
Claro que es muy trágico, pero todo pudo ser peor sin las decisiones firmes que tomó Barbosa para conducir la pandemia: los dolorosos cierres económicos, pero también la inversión en personal hospitalario e insumos.
¿Qué viene ahora?
Los análisis del Dr. Martínez indican que ya se llegó al pico tanto de los contagios como de las hospitalizaciones, por lo que al final de esta semana comenzará a bajar. El riesgo de colapso es nulo, pues la actual capacidad está calculada para alrededor de mil hospitalizados.
El peor cálculo para el punto más alto eran 450 hospitalizados, y de momento, como lo señalé, vamos en 363. Todo indica que lo peor ya pasó.
Es por ello que en el horizonte inmediato de Puebla no sólo se descartan cierre de actividades económicas, sino que, por el contrario, se va a profundizar todo tipo de reactivación. Por ejemplo, después de dos años de suspensión, nuevamente habrá Feria de Puebla y desfile del 5 de mayo.
La normalidad se acerca, aunque se pagó un precio muy alto con tantos miles de muertes.
¿Se acabó la pandemia entonces?
No, pero parece que el riesgo será cada vez menor en la medida del alto porcentaje de vacunados y de poblanos que ya recibieron su refuerzo.
Los que se van a seguir jugando la vida, de manera inexplicable, son aquellos que se niegan a recibir las vacunas.
Pero pasa hasta entre los ricos y educados, como el tenista serbio Novan Djokovic, quien sigue necio en no vacunarse aunque se quede sin el trono histórico de ese deporte.