Hasta ahora, la lectura unánime de la prensa poblana es que Alejandro Armenta e Ignacio Mier son primos irreconciliables de cara al 2024. Que su enfrentamiento es inevitable, y que ambos se van a destrozar al ser los cuasi finalistas de la selección de candidato de Morena, una vez que otros prospectos la tienen difícil para alcanzarlos.
Tal lectura, a reserva de hechos futuros a ocurrir, puede resultar falsa, lo cual daría un viraje al proceso de sucesión 2024: ¿y si los primos no son tan irreconciliables como se calcula? ¿Qué no harían unidos un personaje tan cercano a AMLO y otro que domina tan bien la territorialidad de Puebla?
Hasta ahora, es cierto, Armenta y Mier corren por dos pistas totalmente diferentes. Mier Velazco, dedicado a consolidar su presencia en el primer círculo nacional de Morena, pues su posición de coordinador de diputados federales le da interlocución con todo el gabinete, Palacio Nacional y la dirigencia de Mario Delgado.
Su ‘primacho’ Alejandro Armenta vive horas bajas que comparte al haber sellado su destino junto a Ricardo Monreal, el ‘congeladísimo’ coordinador de Morena en el Senado. En vez de deprimirse, aceleró el paso en sus reuniones territoriales que lo mismo son para regalar arbolitos que para hablar de la pandemia de los azúcares o el plan de nacionalización del litio.
Precisamente, la Reforma Eléctrica que se discute en el Parlamento Abierto de San Lázaro convocó a Alejandro Armenta para exponer sus conceptos sobre la nacionalización del litio a través de una empresa estatal. Ahí se sentó junto a él su primo ‘Nacho’, y aunque algunos medios quisieron mostrar fotografías de disgusto, fue la primera vez que pudieron reencontrarse luego de un tiempo de lejanía.
Ese es el contexto, pero no el fondo del acercamiento.
Si los ‘primachos’ se reencuentran, tiene una razón muy lógica: cerrar el juego de la candidatura de Morena e impedir que otras manos traten de meter candidaturas forzadas por género, que de ninguna manera tendrían el carácter de competitivas.
En el juego de 2024 hay un premio mayor y dos de consolación. La joya de la corona es la gubernatura, y los premios de consolación son la primera fórmula al Senado y la candidatura a la alcaldía de Puebla.
¿No podrían ponerse de acuerdo?
¿Armenta candidato a gobernador y ‘Nacho’ Mier candidato a senador?
¿Nacho Mier candidato a gobernador y Armenta reelegirse para el Senado?
¿Alguno de ellos tomar ‘el toro por los cuernos’ para sumar votos en la alcaldía de Puebla?
A mi memoria viene un pacto semejante cuando, en vísperas de la sucesión de Melquiades Morales, Mario Marín —antes de ser el Góber Precioso— se alió con Rafael Moreno Valle para impedir que Germán Sierra se convirtiera en el candidato del PRI a la gubernatura.
La jugada le salió bien, pues el PRI nominó al que era más competitivo y no a quien, supuestamente, era la carta de Melquiades.
En la política todo puede pasar.
Así que no se sorprenda si algún día de estos aparecen juntos en un foro de la Reforma Eléctrica.
Esta telenovela no tiene título, pero podría llamarse “Dos ‘primachos’, un destino”.