En torno a la revocación de mandato de AMLO prevista para el 10 de abril, en Puebla todos se lo están tomando con extrema calma, dando por hecho que los poblanos no tendrán problemas en ratificar al presidente para culminar su mandato. Nadie acelera: ni la oposición inexistente, ni los simpatizantes de la 4T, ni los medios de comunicación.
Es probable que esta parsimonia se debe a la extrañas reglas que ha impuesto el INE y sus consejeros pro prianistas Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, quienes no sólo bloquean la instalación de más casillas, sino que su abierta intención es que se dé la menor participación posible.
Extrañísimo resulta la veda que impide hablar del tema a los gobiernos: de AMLO para abajo, todos han sido amordazados. Lo más sorprendente es que el presidente no puede hacer campaña, resaltar sus logros, defender su gestión.
Pero tampoco pueden hacerlo los partidos que lo llevaron al poder. Ni Morena, ni el PT, ni el desaparecido PES, pueden movilizar a sus bases, militantes o simpatizantes. Hay una campaña subterránea, pero en general domina el miedo a ser sancionados por el INE y prácticamente nadie habla del tema.
Los medios de comunicación en Puebla, tradicionalmente tibios, en este caso lo son más todavía, pues la cultura priista les hace imposible posicionarse a favor o en contra de la revocación del Presidente. Para los locutores de radio o televisión, prácticamente es un sacrilegio.
Lo único que hay en movimiento son las Asambleas de la Reforma Eléctrica que impulsan entre Nacho Mier y Mario Delgado que los lleva a diferentes municipios para hablar de los logros de AMLO. También el INE los quiso amordazar, pero no se dejaron y seguirán hasta mediados de marzo.
Primero veamos la tendencia nacional. Los sondeos no se ponen de acuerdo. Según Buendía en El Universal, López Obrador mantiene un aprobación de 68%, pero según Alejandro Moreno en El Financiero su aprobación cayó 6 puntos, pues pasó de 60 a 54. Y, por otro lado, según Mitofsky, en un mes bajó de 63 a 59, una caída del 4%.
Pero los datos en el estado indican que no se debe ser tan optimista.
Puebla ha dejado de ser una de las entidades que más apoyo le dan a AMLO. Del millón 700 mil votos que se le entregaron en 2018 queda poco más de la mitad. De acuerdo con el sondeo de ‘México Elige’, el apoyo al presidente se sitúa en 58%, todavía mayoritario, pero en el lugar 23 del ranking nacional.
Según Consulta Mitofsky, la aprobación a López Obrador en Puebla se mantiene en un estable 62%, lugar 20 del ranking nacional.
Si Morena no está operando, ni los diputados federales, ni Alejandro Armenta, ni los diputados locales y muchos menos los alcaldes, ¿quién es el responsable del proceso de revocación de mandato en Puebla?
Ayer se confirmó: el mejor operador electoral del gobernador Barbosa, Eric Cotoñeto, se encuentra al frente de la misión. O mejor dicho, detrás del responsable formal que es su operador Jorge Mota, un cuadro eficiente que se encargó de ganar las juntas auxiliares para Morena.
Ambos, Cotoñeto y Mota, dieron la cara en la conferencia de la Asociación Civil ‘Que siga la Democracia’, el brazo ciudadano del Morena para influir en tal proceso ya que todos los demás se encuentran amordazados.
La primera crítica que lanzaron es que no habrá casillas en todos los municipios, solamente en 206, y que el número es bastante bajo. 2 mil 956 casillas para que se expresen casi 5 millones de poblanos.
Pero ellos ya tienen el reto en sus manos. Y van a responder directo a Palacio Nacional. Todo debe salir a la perfección.