Jueves, 28 de Marzo del 2024
Miércoles, 06 Abril 2022 01:51

Fantasías periodísticas y delirium tremens dipsomaníaco

Fantasías periodísticas y delirium tremens dipsomaníaco Escrito Por :   Arturo Rueda

Estefan Chidiac, hace unas tres semanas, buscó con afán a Mier Velasco para tener una reunión “productiva para ambos” en el lugar que eligiese el morenista, de preferencia en CDMX para escapar a los ojos locales. Pidió la reunión con Mier a través de un priista poderoso en San Lázaro, quien transmitió el recado como un favor encarecido. Mier contestó no. “No me interesa reunirme con Estefan, no tengo nada que platicar con él”.


 

Una supuesta trama de moches y corrupción dirigida desde el PRI estatal se derrumbó de manera estrepitosa, como corresponde a toda fantasía etílica resultado de una mente dipsómana. Trama fantástica desde la premisa fundamental, el hecho de que el edil de Cuetzalan llevó una maleta con un millón 600 mil pesos en efectivo al edificio sede del tricolor, para pagar el blindaje de sus cuentas públicas usando como intermediarios a altos directivos del partido.

 

De esa trama solo resultaría que esos directivos tricolores actúan y actuaron como delincuencia organizada. La trama se derrumba con el análisis de los hechos y el rechazo de los actores implicados.

 

No son priistas menores, acaso el único eslabón débil es el hamponcillo de Jonathan Collantes, hasta donde sabremos creación de Gerry Islas como diputado local de Nueva Alianza. Pero los demás sí representan algo.

 

Javier Casique Zárate es diputado federal, uno de los principales operadores electorales del dirigente nacional ‘Alito’ Moreno. ¿Podría ser uno de los que hicieron negocios oscuros con el ex auditor Romero Serrano? Totalmente imposible, pues fue uno de sus principales detractores para llegar al cargo e incluso votó en contra de su designación como diputado local en la anterior Legislatura.

 

Otro de los involucrados es Néstor Camarillo, quien es cierto que llevó a Collantes de regreso al ex partidazo. Pero el líder estatal del PRI hace apenas unos días votó a favor de la destitución de Romero Serrano de la ASE. Si el ahora ex auditor era su compadrito de negocios y moches, ¿por qué votó a favor de su caída?

 

Es evidente que tampoco ahí hay material.

 

El último eslabón es el comienzo del delirium tremens: el edil de Cuetzalan rechaza haber entregado esa cantidad de un millón 600 mil pesos al PRI estatal para que Romero Serrano protegiera sus cuentas públicas.

 

Si ese dato obra en alguna carpeta de investigación, inmediatamente la Fiscalía tendría que solicitar la orden de aprehensión vs Gerson Calixto Datoli sin importar que sea un edil en funciones que logró su reelección en los comicios de 2021.

 

En pocas palabras: ni Javier Casique ni Néstor Camarillo ni Gerson Calixto. La versión de la delincuencia organizada desde el PRI se derrumba. Todo fue una mala cruda de Fernando Maldonado, resultado de una peor borrachera.

 

Queda el eslabón de Jonathan Collantes, quien se convirtió en diputado local por Nueva Alianza como creación de Gerardo Islas, regresó al PRI como cuasi candidato a diputado federal por el PRIAN pero se cayó por cuestiones de género. Luego trató de cobrarle 5 millones a Delfina Pozos en una escena surrealista de esas del tricolor.

 

No se duda que este hamponcito sí tenga algo que ver, pero sus conexiones políticas no llegan arriba. De consolación le dieron la candidatura a la alcaldía de su natal Tlachichuca….y perdió. Lleva más de un año desaparecido. Que vaya por él la Fiscalía.

 

¿Qué tienen que ver Javier Casique, Nestor Camarillo, Gerson Calixto e incluso Jonathan Collantes con Ignacio Mier Velasco?

 

Nada en la realidad, todo en las fobias de Jorge Estefan Chidiac contra el coordinador de los diputados federales de Morena a quien aborrece no sólo por su pasado bartlistta común, sino ahora por despecho.

 

Estefan Chidiac, hace unas tres semanas, buscó con afán a Mier Velasco para tener una reunión “productiva para ambos” en el lugar que eligiese el morenista, de preferencia en CDMX para escapar a los ojos locales.

 

Estefan Chidiac pidió la reunión con Mier a través de un priista poderoso en San Lázaro quien transmitió el recado como un favor encarecido.

 

Mier contestó no. “No me interesa reunirme con Estefan, no tengo nada que platicar con él”. Le cerraron la puerta a acuerdos oscuros.

 

Ahora el priista descarga su odio a través de los dos medios que controla y, coincidentemente, inflaron la fantasiosa versión que se ha derrumbado por carecer de sustento mínimo en su vinculación con ese grupo de priistas.

 

Esos dos medios son 24 Horas Puebla e Hipócrita Lector, diarios de los que el priista se asume como propietario en diversas mesas.

 

Pero esa es otra historia que ya contaremos.

 

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