De aquí al 2024, Morena tiene una misión: encontrar al candidato a presidente municipal de Puebla capital que pueda sumar 150 mil votos a los 200 mil que son el voto duro del lópezobradorismo. La herida de Claudia Rivera continúa viva y sangrando. En este momento, la 4T se encuentra hundida en la Angelópolis y sin un buen candidato a edil, la gubernatura se encuentra en alto riesgo.

 

La Angelópolis fue el negrito en el arroz del domingo de Revocación de Mandato. De hecho, menos de 200 mil poblanos salieron a votar en la consulta. Y de ellos, sólo 178 mil votaron para refrendar al presidente; y uno de los peores distritos fue el de Alejandro Carvajal que se promueve como aspirante a la alcaldía. El VI, de hecho, fue el segundo peor distrito de la entidad: apenas 44 mil 850 votos a favor del tabasqueño.

 

Tiene que reconocerlo en Morena. Están para llorar en la capital y no se ven esperanzas de resurrección porque ninguno de sus aspirantes a edil tiene el perfil adecuado para conquistar el voto útil que tuvieron en 2018 pero fueron perdiendo en los últimos cuatro años.

 

Puebla capital era activa simpatizante de López Obrador en 2006, 2012 y por supuesto 2018, cuando le dimos 400 mil votos. Con esos sufragios, también llevaron al poder a la entonces desconocida Claudia Rivera Vivanco con una votación histórica de 360 mil sufragios, quien se convirtió en la candidata más votada en la historia electoral de la Angelópolis.

 

Un año después comenzó el desastre: en la extraordinaria de 2019, el peor candidato de la historia, Enrique Cárdenas, ganó la capital a Luis Miguel Barbosa en lo que en ese entonces se consideró un error de operación electoral. En apenas un año se esfumaron 170 mil votos. Fue una advertencia que nadie leyó adecuadamente. Mucho menos la principal involucrada: Claudia Rivera Vivanco.

 

No se necesitan muchas pruebas para entender que la pésima gestión de la ex alcaldesa incidió directamente en la desafección de los capitalinos por la 4T. Su posicionamiento tóxico la infectó a ella primero que a nadie, pues aunque se empeñó en reelegirse, perdió de manera contundente y sólo obtuvo 183 mil votos frente de los 320 mil de Eduardo Rivera.

 

Sí, prácticamente los mismos votos que el domingo tuvo AMLO.

 

La reelección de Claudia fue un empeño estúpido avalado por la dirigencia nacional, pues las encuestas mostraban con claridad que Gabriel Biestro era el perfil más competitivo frente a ‘Lalo’ Rivera. No se sabe si podría haberle ganado, pero seguro la votación de la 4T hubiera sido más alta.

 

Pero ahora se confirma que la toxicidad de la ex alcaldesa sigue activa, pues casi un año después de las intermedias de 2021, Morena no avanzó un voto en la Angelópolis. Esos 178 mil votos están muy lejos del rango de competencia frente al PRIANRD. Si así llegan al 2024, harán un ridículo que va a arrastrar al candidato a gobernador.

 

¿Quién puede ser el candidato que haga renacer el amor de los capitalinos en la 4T?

 

Uno de los aspirantes es el mencionado Alejandro Carvajal. Tiene boleto porque se reeligió en el 2021, el único de los federales que lo logró de Puebla capital. Pero luego de ver el resultado del domingo, se ve difícil que sea el candidato con el perfil correcto, pues tiene poco manejo mediático. Declara mucho pero nadie resuena.

 

Otros dos aspirantes, el regidor Leobardo Rodríguez y el diputado local Iván Herrera, aunque hacen un buena labor opositora a ‘Lalo’ Rivera, cargan sobre sus hombros el pecado de haber formado parte del grupo político de Claudia. Con el tiempo podrán quitarse esa marca, pero no les da tiempo de aquí al 2024.

 

Gabriel Biestro, el mejor posicionado en 2021, se ha difuminado a partir de su incorporación al gobierno estatal como secretario del Trabajo. Lo mejor que hace es el activismo y recorrer las calles, pero ahora está concentrado en funciones de gobierno que le dan poco margen de hacer política electoral.

 

En efecto: 178 mil votos para AMLO es la calle de la amargura.

 

La gubernatura para Morena está en riesgo por culpa de la capital.