No, no se trata de una Reforma Electoral sino de una Refundación Electoral de México. Un cambio drástico acerca de cómo elegimos a los integrantes de la Cámara de Diputados —no sólo la reducción de sus integrantes— que nos acerca más a un modelo parlamentario al desaparecer la competencia por distritos uninominales para sustituirlos por 32 listas estatales.
Es decir, se trata de una nueva forma de entender la representación democrática en México para que deje de pasar por la territorialidad de los distritos y se fortalezca a los partidos con el sistema de listas. La propuesta de AMLO sólo debilita a los partidos políticos en lo económico, pero los fortalece en lo demás.
También es una forma de repensar el modelo de la autoridad electoral para acabar con las “negociaciones” en la integración de los órganos y tribunales electorales, así como de eliminar por OPLES y Tribunales electorales locales que sólo se enciman en sus decisiones y cuestan millones y millones de pesos.
¿Cuál es la diferencia entre tener siete u 11 consejeros en el IEE? ¿Sólo fue para gastar más y más dinero? ¿No les bastaban a los partidos los miles de millones de pesos que reciben en concepto de prerrogativas, y tuvieron que crear más asientos en los órganos electorales, en los tribunales, duplicar funciones?
La democracia es un instrumento para darnos gobierno, no una finalidad en sí misma. Y claro que no puede seguir costando miles de millones de pesos al año con consejeros que no respetan la mínima idea de austeridad. No, ya no.
Por eso la Reforma Electoral de AMLO está llamada a (no) ser la Refundación más importante en los últimos 20 años, cuando se creó el Instituto Federal Electoral y se ciudadanizó la organización de los procesos electorales.
¿Qué está mal en la propuesta que los partidos políticos sólo reciban dinero público en los años de proceso electoral?
¿Por qué de nuestro dinero se tiene que pagar el estilo de vida lujoso de parásitos dirigentes y estructuras?
¿Qué tiene de malo en pensar que los consejeros y magistrados sean electos por voto popular? En Estados Unidos así se elige a jueces y fiscales como un mecanismo de control de sus decisiones frente a la sociedad.
De entrada la idea no es mala y seguramente habrá muchas propuestas para afinarla. Ideas que se consolidarán en el Parlamento Abierto y en los 300 foros distritales.
Pero el PRIAN ya dijo que no, la rechazó sin estudiarla a fondo. Se fueron con el burdo argumento de que busca generar nuevas condiciones para victorias de Morena en 2024, cuando esas elecciones todavía no ocurren y todos van en condiciones de igualdad para ganar el voto.
Otra vez, los diputados federales del PRIAN tienen la daga en el cuello, pues no hay forma de rechazar la Reforma Electoral sin exhibir la avariciosa impudicia por el dinero público que les da un hiper regulado y carísimo INE.
Su voto en la Reforma Eléctrica ya les salió carísimo en términos de preferencias electorales. Morena y el proyecto de la 4T se dieron un subidón de 10 puntos en las encuestas. Por eso AMLO ayer en Dos Bocas habló con tanta confianza de que volverán a ganar en 2024.
Por ejemplo, Durango era uno de los estados que el PRIAN se perfilaba a ganar cómodo, y luego de la Reforma Eléctrica, Morena ya está en empate técnico.
Los prianistas no van a aguantar otra andanada así, se encuentran contra la pared, por lo que desde hoy la Reforma Electoral tiene mejores perspectivas y es un ganar-ganar para Morena.
Morena gana si se aprueba, pues el sistema electoral se refundará bajo nuevos supuestos que la harán más económica y mejorarán la representación.
Y Morena gana si no se aprueba, pues los diputados federales del PRIAN volverán a ser exhibidos en su adicción a los privilegios y el dinero público.
Desde hoy ya perdieron la batalla.