Es parte inevitable de la política aldeana interpretar los simbolismos del poder en las visitas presidenciales del 5 de mayo. Así ha ocurrido en las últimas décadas y así seguirá ocurriendo porque no es cosa de todos los días tener al Tlatoani presidiendo nuestra fiesta principal. Y la presencia de AMLO es doblemente relevante: porque es la primera vez que presidirá el 5 de mayo y porque tiene dos años que la fiesta se suspendió por la pandemia.
¿Qué veremos en la reanudación de este festejo patrio? Será la primera vez que veremos juntos a López Obrador y a Barbosa en la tribuna principal de la parada cívico-militar, y la primera deferencia del presidente ya ocurrió al cancelar la representación de la batalla en la XXV Zona Militar para acudir al desfile para aplaudir los contingentes de estudiantes y milicia.
¿Pero qué ha ocurrido en anteriores 5 de mayo?
Hace ocho años fue la última vez que un presidente encabezó la parada cívico-militar, la principal fiesta de los poblanos, el día que la Historia nos reservó junto con el 18 de noviembre. Enrique Peña Nieto, en el sexenio morenovallista, vino en 2013 y 2014. Luego no volvió a aparecerse por aquí.
En 2013 el presidente mexiquense aborrecía a ‘Rafa’ Moreno Valle, quien por más que hizo, no logró gestos de beneplácito ni apapachos. Pero después del Pacto por México y el “puente de plata”, en 2014, ya tenían plena camaradería por lo que Peña Nieto se la pasó genial.
O no tanto, porque no regresó en el sexenio, y cuando ya gobernaba el tío ‘Tony’ tampoco vino y le mandó a la hoy presidiaria Rosario Robles como su representante, lo que provocó desfiles sin relevancia.
En el año de interinato 2019, en estado de máxima tensión tras la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso y de Moreno Valle, el presidente AMLO ni siquiera hizo el planteamiento de venir y mejor mandó a su entonces titular de Gobernación.
¿Qué pasó con Felipe Calderón?
Las visitas presidenciales del 5 de mayo durante el marinismo fueron especialmente tensas porque en campaña Felipe Calderón había venido a Puebla a sacarle la tarjeta roja al ‘góber precioso’, aunque después de ganar no le hizo nada. El ‘Comandante Borolas’ siempre tuvo prisa por acabar su presencia en Puebla, se le veía ansioso y aburrido.
En 2012 vino Felipe Calderón a festejar el 150 aniversario de la Batalla del 5 de Mayo. Fue la ocasión en que, con motivo de ese aniversario, Moreno Valle rediseñó el concepto del desfile, borró a los indígenas y charros, para sustituirlo por su tradicional elitismo en el que cabían hasta neptunos y nereidas en los carros alegóricos que perdieron su sentido patriótico en una producción multimillonaria de la empresa Five Currents.
Un año antes, en ese frenesí en el que hacia todo por primera vez, en 2011 modificó el trayecto de la parada para que fuera de norte a sur y la tribuna principal se ubicara frente al mausoleo, borrando el trayecto tradicional de sur a norte que colocaba el presídium en Plaza Dorada. El cambio no gustó mucho a los poblanos, pero ese nuevo recorrido se mantiene ahora en 2022.
El peor desplante ocurrió en 2010, el año electoral. Calderón se levantó a medio desfile y se fue. A un lado colocó al secretario de Gobernación y en el otro al presidente de la Suprema Corte de Justicia. Así evitó que Mario Marín se sentara junto a él. Estaba irritado, y con su actitud irritó a todos. Antes, en 2009 sólo vino a dar el discurso porque el desfile se canceló, y tampoco dejó que el ‘precioso’ se parada a su lado.
En 2008 tan tensa fue la presencia de Calderón, que Mario Marín ocupó las dos horas y media del desfile en tratar asuntos domésticos con su esposa Margarita, puesto que el presidente apenas cruzó palabra con él en tres ocasiones.
En 2006, sin duda, se vivió el desfile más tenso de la historia moderna pues Mario Marín se encontraba en centro del escándalo Lydia Cacho y se esperaban manifestaciones de un tal Frente Cívico —que al final fue comprado por Javier López Zavala—. Vicente Fox era presidente, pero no vino ni mandó representación federal. El solitario marinismo se apoderó de la tribuna principal y el ‘góber precioso’ se convirtió en el Gran Solitario del Desfile.
2005 era el primer año de Mario Marín en la gubernatura y Fox comenzaba a perfilar su salida. El primer presidente panista vino acompañado de su esposa Martha Sahagún y no hubo nota política.
¿Qué pasará hoy?
¿Habrá señales y símbolos a interpretar?