Viernes, 26 de Abril del 2024
Jueves, 04 Marzo 2021 03:17

Los traidores se van por la puerta de atrás

Los traidores se van por la puerta de atrás Escrito Por :   Arturo Rueda

Por bonachón, por tibio, David Méndez no servía para el cargo y Barbosa tuvo que ser gobernador y secretario de gobernación a la vez. Pero lo mantuvo en Segob por amistad, por lealtad a lo que hizo en las dos campañas


 

Así directo: hizo bien Luis Miguel Barbosa en sacar a patadas y por la puerta de atrás a David Méndez de la secretaría de Gobernación.

 

Diría Enrique Montero Ponce: no se vale. No se vale traicionar y conspirar en contra de un jefe y amigo desde el piso inferior de Casa Aguayo.

 

A Barbosa le han salido malitos sus dos primeros secretarios de Gobernación.

 

Uno, Manzanilla, el rey de los conejos, por creerse más que el gobernador. Su pecado fue la soberbia, entablar diálogo con los enemigos. Le jugó al vivo.

 

Pero el caso de David Méndez es muchísimo peor. Confieso que cuando Mario Alberto Mejía publicó el rosario de irregularidades y traiciones que Méndez ejecutó desde la Segob, dudé. No de que la información fuera falsa, sino exagerada.

 

Se trataba de una madriza atroz, pero ahora creo que se quedó corta. Conozco bien el periodismo de Mejía -pronto tendremos juntos un programa de entrevistas-. Sabía que quizá exageraba, pero que no mentía.

 

Seamos honestos: como secretario de Gobernación era un cero a la izquierda. No es que nadie lo extrañe, a excepción de sus aviadores.

 

Por bonachón, por tibio, David Méndez no servía para el cargo y Barbosa tuvo que ser gobernador y secretario de gobernación a la vez. Pero lo mantuvo en Segob por amistad, por lealtad a lo que hizo en las dos campañas.

 

Lo premió, hasta lo dejó ser “la chica del clima”, es decir, intervenir unos breves segundos en la mañanera diaria para informar de manera intrascendente sobre los contagios en penales y el repatriamiento de paisanos en Estados Unidos. Apenas unos segundos aparecía su rostro, pero aparecía.

 

Un año tuvo el cargo. En vez de ayudar en el momento más difícil, se convirtió en un fardo. Dejó de ser asiduo de la planta alta y desde finales de 2020 se rumoraba que era cuestión de tiempo que se fuera.

 

Barbosa no quiso correr a su amigo, pero tenía que reforzar una muy débil Segob. Escogió a Ardelio Vargas, con fama de duro, y lo puso como subsecretario para que apoyara ante la inminencia de la elección.

 

Pero resulta que a David Méndez le salió lo digno, y por el perfil de duro de Ardelio, decidió irse después de armar una campaña de desprestigio a su subse… desde la Segob.

 

También resulta que le molestó el oficio que se dirigió a los ediles para exhortarlos a pedir licencia en caso de buscar la reelección.

 

Por lo menos le contó eso a El Sol de Puebla, que lo publicó ayer.

 

Falso: David fue cesado, sustituido por Ana Lucía Hill, cuando pensaba que lo iban a dejar llegar hasta el límite legal del 6 de marzo.

 

Su presencia en la Segob, que nunca tuvo sentido más allá del agradecimiento, ahora tenía menos dado que el gobernador Barbosa confirmó que su amigo lo había traicionado al acordar con Claudia Rivera Vivanco, al igual que la regidora Rosa Márquez, su mamá.

 

Eran tratos que ya tenían tiempo, pues la presencia de la regidora en el grupo G5 se volvió testimonial. Ya ni a las ruedas de prensa iba.

 

El mismo día que Mejía publicó, Méndez fue sometido al proceso de humillación al que debe someterse a los traidores. Ejecutar, una última vez, el papel de “la chica del clima”. Ser cuestionado por el reportero de Contrarréplica. Permitirle un último evento público y después correrlo.

 

¿Que cómo se confirmó la traición?

 

Pues que en la entrevista con el Sol de Puebla, David Méndez no toca ni con el pétalo de una crítica a Claudia Rivera Vivanco. Pero ni una.

 

Era chiquito e infuncional. Pero mordió la mano que le daba de comer.

 

Si lo ve por la calle, no cometa el error de darse la vuelta porque es de los que clavan cuchillos por la espalda.

 

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