Nunca un escándalo de venta de candidaturas había sacudido a Acción Nacional… hasta ahora, con Genoveva Huerta. Ellos sí eran diferentes, pero ahora son iguales. A nadie le sorprende del PRI, del PRD y ahora de Morena. ¿Pero venta de candidaturas en el PAN?

 

Desde los antiguos liderazgos de la “brega de eternidad”, pasando por los Fraile, Lalo Rivera, Micalco, Mondragón y hasta Giles, jamás se sospechó que las siglas del albiazul se subastaran. Nadie se había manchado así.

 

Pero la dictadura de Genoveva ha llegado a puntos insospechados. Y como dice la vieja frase, lo que no suena lógico, suena metálico.

 

 

Muchas de las candidaturas anunciadas el domingo son ilógicas por carecer de rentabilidad electoral, específicamente los casos de San Andrés Cholula y Tehuacán.

 

Otras son ilógicas por el perfil de personajes adoptados urgidos de fuero, como Enrique Rivera, el ex edil de Chignahuapan que saqueó 500 millones de pesos en facturas falsas.

 

Más lógica es la apropiación de la lista plurinominal de diputaciones, las principales regidurías y suplencias.

 

Pero veamos el caso de Tehuacán.

 

Ahí Genoveva propuso que los aspirantes hicieran una “vaquita” para pagar dos encuestas y así determinar al candidato de forma transparente. Los depósitos fueron hechos a las cuentas bancarias de las empresas Strategia y Estudios Consultivos de Manuel Benítez Martínez, quien se hizo famoso por ser el encuestador de Tony Gali.

 

Tengo en mi mano las fichas de depósitos a esas cuentas. El objetivo era reunir por lo menos 200 mil pesos en el caso de Tehuacán, donde de manera consistente aparecía en primer lugar el empresario radiofónico René López Cárdenas, quien perdió en 2018.

 

¿Qué pasó en Tehuacán? Que los resultados de las encuestas nunca se hicieron públicos, aunque los dueños del estudio son los propios aspirantes. Y en una jugarreta increíble, Genoveva colocó al perfil menos competitivo, que es Jacobo Aguilar.

 

Ahí no hay ningún tipo de lógica, como tampoco en San Andrés Cholula, donde incluso Mariela Cotero Bacre denuncia la venta de la candidatura por la cantidad nada despreciable de 3 millones de pesos.

 

 

Durante semanas, meses, se supo que el proyecto de Genoveva para San Andrés era Paco Fraile, una opción absurda por carecer de oriundez en un territorio donde se pondera mucho. Blanca Jiménez impugnó la asignación de hombre.

 

De forma inesperada, la candidatura se le entregó a Raymundo Cuautli, que lleva más de una década buscándola de forma desesperada, lo que lo ha hecho brincar por todos los partidos, incluidos el PRI, el PRD y Morena.

 

 

Cuautli no le va a hacer ni cosquillas a Karina Pérez Popoca. Es una opción claramente perdedora. ¿Por qué lo hicieron candidato? ¿Dónde quedaron las encuestas que se mandaron a hacer? ¿Quién convenció a Genoveva para cambiar de caballo a última hora?

 

Los cuestionamientos se multiplican por todo el estado. También se habla de un acuerdo oscuro para que el PAN adopte a un priista denunciado penalmente por el saqueo de Chignahuapan. Enrique Rivera será candidato por el distrito de Zacatlán, urgido de llegar al Congreso para negociar la investigación por el desfalco de 500 millones de pesos en facturas falsas

 

Incluso en San Pedro Cholula se reproducen las acusaciones de venta.

 

Y eso que no hablamos del agandalle cínico de las plurinominales, donde colocó en el número 1... al perdedor de la contienda por la dirigencia municipal, Eduardo Alcántara, mientras que el ganador Jesús Zaldívar tiene que ir a competir al distrito 10. Una locura.

 

Y claro, por no hablar de la candidatura al cuñadazo de oro, al hermano de Irving, para ir por la diputación por Xicotepec sin mayor mérito que ese cuñadazgo feliz.

 

Con Genoveva el PAN tocó fondo.

 

Nunca se había visto algo así.