La mejor noticias de las encuesta reveladas en los últimos días es que los partiditos políticos, la chiquillada, se perfilan a morir. Casi todos. Los de reciente creación y los dos surgidos en la era morenovallista: PSI que se coludió con criminales y Compromiso por Puebla que era marca registrada del ex gobernador.

 

Todos los partiditos están para llorar y van a tener problemas para llegar al 3 % requerido para sobrevivir y tener derecho a una diputación plurimonial. La reforma que eliminó al “gran perdedor” va a provocar devastación.

 

Con los nuevos tres partidos políticos nacionales, en Puebla existen 13 organizaciones con registro. Son demasiados para tan poquitos electores con ganas de salir a las urnas. El partido dominante Morena y sus satélites PT y Verde. El PRIANRD. Movimiento Ciudadano antes Convergencia. Los tres de reciente creación: PES, Redes Sociales Progresistas (RSP) y Fuerza por México (FSM). Ahí van 10, los que existen a nivel nacional.

 

Pero en Puebla hay otros tres que son partidos estatales. Nueva Alianza, que sobrevivió en 2018 aquí aunque perdió el registro a nivel nacional. Y por supuesto, PSI de la familia Corro y Compromiso por Puebla, que al final se lo quedó Laura Escobar. En total son 13 organizaciones.

 

 

¿Cuántos de ellos van a morir este 6 de julio?

 

Yo creo que varios, comenzando por PSI y Compromiso por Puebla. Ellos presionan a ‘Lalo’ Rivera Pérez para armar la candidatura común, aunque ya los dejaron sin regidurías. ¿Lograrán sumarse al barco para acumular logos aunque carezcan de fuerza?

 

El PSI, para sobrevivir, ha decidido afincarse en el Triángulo Rojo y en toda la parentela y allegados de ‘El Toñin’. Pero el PRIANRD echó la carne al asador en Quecholac para quitarle el municipio al crimen organizado y el fin de semana se fue la plana mayor para darle su apoyo a la candidatura común de Benito Camarillo.

 

En entregas anteriores le comenté que el PRIANRD había decidido darle muerte a PSI y CPP al negarse a firmar candidaturas comunes en diputaciones y ayuntamientos. Parece que ese veto se romperá en Puebla capital.

 

El PES de Manzanilla la tiene difícil. En el tsunami de 2018 no lograron, ahora menos.

 

Presentaron a su candidato a la alcaldía, un médico epidemiólogo y a Edurne como primera regidora. Se ve difícil que generen entusiasmo. ‘Paco’ Ramos, que sobrevivió al COVID, ya no hace muchos esfuerzos para no recaer.

 

Otro que tiene problemas es Movimiento Ciudadano. El hijo inútil de Melquiades, Fernando Morales, reclutó a puro ‘cartucho quemado’ del tricolor. Luego de que se cayó Manlio López, puso a Yamil Yitani, personaje desagradable a la vista, que cuando uno lo ve dan ganar de salir corriendo. Dudo que dé votos y alcancen el 3 %.

 

Y hasta parece que Fernando Morales no quiere que MC lo alcance, porque si lo logra, la beneficiaria sería Graciela Palomares, pues es orden de su promotor, el gobernador Enrique Alfaro, darle la primera pluri. O sea que si Fernando chambea bien, Grace será diputada.

 

Nueva Alianza consiguió vida artificial en 2018, y ahora, con tal de sobrevivir otra vez, está dispuesto a prestarle sus siglas a todos los que le digan en Casa Aguayo.

 

Como hermanos siameses que se repudian, PANAL y RSP son fuerza políticas que se repelen. Sólo una de ellas va a sobrevivir, y con buena suerte, los dos se van a morir para acabar con el legado maldito de Elba Esther Gordillo.

 

De la chiquillada, los que pueden alcanzar el porcentaje para sobrevivir son el PVEM. Su elección de el ‘capi’ Ruiz Esparza no les da para ganar pero sí para mantener el registro. Además, pueden ser la vía de escape para muchos de los que no sean postulados por Morena.

 

La otra vía de escape para esos rechazados son FSM, que harán candidato a El Gran Rafiki, que por tener el mismo nombre de Rafael Moreno Valle cacharán a muchos ingenuos. Su primera pluri se subasta al mejor postor.

 

Ojalá, por lo menos, pierdan el registro tres o cuatro de la chiquillada.